Los vecinos les darán de comer sólo pienso. En la urbanización Cerro Grande, en Becerril de la Sierra, no sólo viven personas. En sus jardines habita una colonia de gatos que, en los últimos meses, amenazaba con convertirse en un problema debido a su rápido crecimiento y a la ausencia de control veterinario. Los vecinos querían seguir conviviendo con los felinos, pero sin correr riesgos sanitarios, así que lanzaron un SOS a la Comunidad. El resultado fue presentado ayer: la primera colonia felina controlada de la región. El proyecto ha sido acometido por el Centro Integral de Acogida de Animales de la Comunidad de Madrid, que ha capturado a los gatos uno a uno. Los más sociables permanecen en el centro para ser adoptados, mientras que el resto han sido devueltos a su hábitat esterilizados y en perfecto estado de salud. Los vecinos se han comprometido a colaborar alimentando a los felinos sólo con pienso y de forma higiénica.
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