Ha nacido un «grupo fantasma» –como ellos lo definen–, formado en la recámara por los artistas más punteros del pop-rock español: Kiko Veneno, Muchachito Bombo Infierno, Tomasito y Canijo y Ratón (de Los Delinqüentes).

Y como son realmente importantes en la música nacional, se hacen llamar G-5, imitando quizá las cumbres mundiales de los todopoderosos líderes del G-8.

Una gran idea que, a pesar del éxito inminente, en ningún momento estuvo planificada. Tan sólo fue surgiendo de ese desparpajo común, de la felicidad que les proporciona la espontaneidad sobre el escenario, de las mutuas colaboraciones que ya habían dejado escapar la libertad creativa del quinteto.

Tan sólo quedaban un par de cosas por hacer: materializarlo en un disco y cumplir con sus innumerables fans en directo. El primer resultado se llamaTucaratupapi y lleva más de 20.000 copias vendidas; el segundo, que ya ha pasado por Barcelona, llega hoy a la capital y viajará hasta Murcia y Valencia también en el mes de mayo.

El sonido de la calle

Les gusta y admiran el sonido y la vida de los músicos callejeros; es por ello que recuperan la manera de actuar de bandas míticas como Pata Negra o Veneno.

En este concierto, incluido en una gira ocasional por la Península, prometen una juerga musical al estilo de las que montan en encuentros y grabaciones, en compañía de las guitarras, las palmas y los cajones. Rock y flamenquito del bueno, y entre amigos, esta noche en La Riviera.

* Hoy, a las 21.30 horas, en La Riviera. Paseo Bajo de la Virgen del Puerto, s/n. Metro: Puerta del Ángel. 18 euros.

Una cosa no quita la otra

A pesar de volcarse con G-5, cada cual continúa con su trayectoria individual: Kiko Veneno se encuentra en plena gira de su último disco, El hombre invisible, lo mismo que Los Delinqüentes con El verde rebelde vuelve. Tomasito, por su parte, forma parte del espectáculo flamenco Los Juncales junto con Diego Carrasco, Manuel Molina y Moraíto, y en el nuevo proyecto de Chano Domínguez, New Flamenco Sound.