Principio de acuerdo en Colombia para la puesta en libertad de cinco secuestrados

  • La puesta en libertad del teniente Alzate y otras cuatro personas permitirá que el Gobierno y las FARC retomen las negociaciones.
  • Se cumple el segundo aniversario del inicio de los diálogos de paz.
  • Quedan por resolver los puntos más delicados, como el resarcimiento de las víctimas y la entrega de las armas por parte de la guerrilla.
Tropas del Ejército Nacional de Colombia en Quibdó, antes de desplazarse a la zona donde fue secuestrado el general Rubén Darío Alzate a manos de las FARC.
Tropas del Ejército Nacional de Colombia en Quibdó, antes de desplazarse a la zona donde fue secuestrado el general Rubén Darío Alzate a manos de las FARC.
Luis Eduardo Noriega / EFE
Tropas del Ejército Nacional de Colombia en Quibdó, antes de desplazarse a la zona donde fue secuestrado el general Rubén Darío Alzate a manos de las FARC.

Los diálogos de paz de Colombia recuperaron este jueves el oxígeno con el acuerdo entre el Gobierno y las FARC para liberar al general Ruben Darío Alzate y otras cuatro personas secuestradas por la guerrilla, lo que permitirá retomar las negociaciones en cuanto sean puestos en libertad.

Coincidiendo con el segundo aniversario de esos diálogos, el Ejecutivo de Colombia y las FARC alcanzaron a un acuerdo sobre las condiciones para liberar "lo antes posible" a estas personas, según anunciaron en La Habana representantes de Cuba y Noruega, países garantes del proceso de paz.

En principio, este acuerdo saca las negociaciones del impasse en el que se encontraban desde el domingo, cuando la guerrilla capturó al general Alzate, el primer militar de tan alto rango en manos de las FARC. Esto provocó el mayor momento de crisis en el proceso de paz con la decisión del presidente, Juan Manuel Santos, de suspender las conversaciones.

Además de Alzate, serán liberados el cabo Jorge Rodríguez y la abogada al servicio del Ejército, Gloria Urrego, retenidos junto con el general en una zona conflictiva del departamento de Chocó, en el oeste del país. A ellos se sumarán los soldados César Rivera y Jonathan Díaz, secuestrados hace diez días tras un combate en Arauca, en la frontera este con Venezuela.

El jefe negociador de la guerrilla, Ivan Márquez (alias de Luciano Arango Marín, número dos de las FARC), intervino en La Habana antes de que se anunciara el reinicio de los diálogos, e hizo un balance "altamente positivo" de los dos años de proceso de paz, que avanza a paso lento pero seguro, con acuerdos parciales en más de la mitad de la agenda.

El equipo negociador de la guerrilla achacó la "captura" del general y de sus dos acompañantes a un suceso normal dentro de una guerra, consecuencia de la negativa del Gobierno a decretar una tregua temporal para crear un "ambiente de tranquilidad" durante las conversaciones.

"No es sensato que continuemos matándonos en una confrontación que, de no parar, generará más prisioneros e incidentes que pueden poner en peligro la continuidad de la mesa de conversaciones", afirmó Márquez, quien insistió en que el "principal obstáculo" que ha tenido el proceso de paz ha sido "la persistencia del Gobierno de no permitir un cese el fuego bilateral", lo que ha provocado continuas fricciones entre las partes en estos dos años.

El argumento del Gobierno es que la guerrilla ha utilizado en otros intentos de paz estas treguas para reforzarse militar y políticamente, lo que el miembro de las FARC consideró "un absurdo".

Puntos delicados por resolver

Con el reinicio de las conversaciones, tan pronto se libere a los secuestrados, las partes tienen por delante la tarea de resolver los puntos más complejos y delicados de la agenda: el resarcimiento de las víctimas y concretar cómo se producirá el fin de las hostilidades y la entrega de las armas por parte de la guerrilla.

En estos dos años de negociaciones, ya se han logrado acuerdos preliminares en tres de los cinco puntos previstos, referentes a tierras y desarrollo rural, participación política, y drogas y cultivos ilícitos.

En estos momentos discutían la reparación de los 6,5 millones de víctimas del conflicto armado y estaba previsto que, en el ciclo de conversaciones que tenía que haber iniciado este miércoles, la mesa recibiera a la quinta y última comitiva de víctimas para enriquecer ese debate con sus testimonios y propuestas.

La asignatura pendiente es salvar las diferencias entre las partes cuando se llegue al último punto de la agenda, referido al fin del conflicto, entrega de armas y tránsito a la vida civil de las FARC, asuntos sobre los que ya está trabajando desde agosto una subcomisión técnica formada por militares. Desde el Gobierno mantienen que la insurgencia deberá abandonar las armas tan pronto se alcance un acuerdo definitivo, mientras que la guerrilla da prioridad a que el Estado les ofrezca garantías de seguridad durante y después de su desmovilización y se reservan la entrega de las armas para cuando eso se produzca.

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