Un estudio constata que las focas practican sexo con los pingüinos en una isla de Sudáfrica

  • Un equipo de investigadores ha observado al menos cuatro ocasiones en la que un lobo marino copula con un pingüino rey en una isla de Sudáfrica.
  • Se trata de un comportamiento raro y nunca visto hasta ahora, en la que un mamífero trata de aparearse con un ave.
  • Se especula que sea un comportamiento aprendido, y que quizás sirve a las focas para practicar sus habilidades copulatorias con un blanco 'más fácil'.
Un equipo de científicos especializados en clima subártico ha publicado un estudio en la revista Polar Biology que revela cómo los lobos marinos practican sexo con ejemplares de pingüino rey.
Un equipo de científicos especializados en clima subártico ha publicado un estudio en la revista Polar Biology que revela cómo los lobos marinos practican sexo con ejemplares de pingüino rey.
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Un equipo de científicos especializados en clima subártico ha publicado un estudio en la revista Polar Biology que revela cómo los lobos marinos practican sexo con ejemplares de pingüino rey.

Un equipo de científicos especializados en clima subártico ha publicado un estudio en la revista Polar Biology que revela cómo los lobos marinos practican sexo con ejemplares de pingüino rey.

Se trata de un comportamiento sexual captado al menos en cuatro ocasiones por las cámaras, que ha sorprendido a la comunidad científica.

La primera vez que los científicos vieron a un ejemplar de esta especie de foca (Arctocephalus gazella) copulando con un pingüino rey (Aptenodytes patagonicus) fue en 2006 en la isla Marion (Sudáfrica).

Este comportamiento se hizo público y entonces se especuló con que debía ser un fenómeno aislado, quizás debido a la frustración sexual del lobo marino o a su inexperiencia. También se sugirió que podría ser parte de un comportamiento agresivo o un acto previo a la depredación.

Sin embargo, con posterioridad, los científicos comprobaron que este tipo de agresión sexual se repetía en más ocasiones.  "Honestamente, no esperaba que volviéramos a hacer otro avistamiento de la misma naturaleza del que vimos en 2006, y desde luego no en múltiples ocasiones", explicó uno de los científicos firmantes del estudio, Nico de Bruyn, del Instituto de Investigación de Mamíferos de la Universidad de Pretoria, en Sudáfrica.

El equipo de investigadores instalaron cámaras en la citada isla y comprobaron que esta conducta se produjo al menos en otras tres ocasiones, en la que machos jóvenes coaccionaban sexualmente a pingüinos de sexo desconocido.

Acosos con un mismo patrón

"Esto nos hizo tomar nota", alegó Bruyn. Los cuatros casos de acoso sexual siguen un mismo patrón: la foca persigue al pingüino, le captura y le monta, intentando la cópula varias veces, con una duración de unos cinco minutos en cada ocasión, y descansando entre medias.

Los pingüinos se aparean entre ellos a través de la cloaca, por la que defecan y también expulsan sus huevos. En estos raros casos, el equipo de investigadores cree que algunos pingüinos fueron efectivamente penetrados también por la cloaca por los lobos marinos, según puede verse en varios vídeos.

En tres de las cuatro ocasiones la foca dejó marchar al pingüino pero en al menos uno de los más recientes avistamientos, el lobo marino mató y devoró al pingüino después de intentar la cópula.

En este sentido, se ha visto con frecuencia cómo los lobos marinos se alimentan de pingüinos en esta isla.

Se trata de un comportamiento único, nunca antes contemplado, en el que un mamífero trata de copular con un ave.

Un fenómeno en aumento

Hasta ahora los científicos solo han podido hacer especulaciones respecto al motivo de esta conducta, pero nuevos avistamientos sugieren que se trata de un comportamiento aprendido por las focas de esta isla en concreto. Y han constatado que este raro fenómeno va en aumento.

Las focas tienen una gran capacidad para el aprendizaje, asegura Bruyn, y los machos jóvenes podrían estar imitando el comportamiento de otros, lo cual explicaría por qué está aumentando la frecuencia de estos incidentes.

"Pero si es un comportamiento aprendido, no puedo imaginar cuál es la recompensa para estos jóvenes machos", añade. "Quizás se trata de practicar sus habilidades copulatorias con un blanco más fácil, como son estas aves".

"O tal vez se trata de liberar una frustración sexual, debido al alto nivel de hormonas que se producen durante la época de la reproducción. Es muy poco probable que confundan al pingüino con una hembra de su especie, pero realmente es difícil de saber".

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