¿Puntos fuertes?

La limpieza. El reciclaje y los recicubos de basura están ya por toda la ciudad. Se han puesto en marcha puntos limpios, como el móvil, que dan buenos resultados en algunos barrios.

Soterramiento. Ocultar los contenedores en el casco histórico supuso una inversión de 3 millones de euros, por cada grupo de cuatro.

¿Y algún fracaso?

El ruido. Se prometió la creación del Centro de Acústica, un Plan de Ruido e impulsar el tráfico lento: el primero ha sido la inversión más importante de estos cuatro años y ha sufrido retrasos y paralizaciones, para entrar en funcionamiento sin un objetivo claro. El plan del ruido continúa sin existir y en estos momentos se elabora un segundo mapa de ruido, porque el primero no se hizo correctamente. El tráfico lento no ha llegado más que a algunas calles de Parquesol.

La contaminación. A pesar de que se ha elaborado un plan de choque contra la contaminación atmosférica, tanto los ecologistas como los vecinos han acusado repetidamente al Ayuntamiento de reaccionar tarde y mal, «con un plan descafeinado que no ha mejorado en absoluto la calidad del aire», y que afecta a la salud de las personas.

Entre las promesas incumplidas, un plan de gestión específico para escombros, que no existe. Y respecto a las zonas verdes, la actuación más destacada de los últimos cuatro años se acaba de inaugurar el pasado sábado 31 de marzo: el parque de Las Norias.

Igual que en la región

La calidad del aire y el ruido tampoco han sido el punto fuerte de la administración regional. De los 37 objetivos prioritarios que se marcó la Consejería de Medio Ambiente, 11 se han quedado en el cajón. Entre ellos, la Ley del Ruido. También la Ley de Infraestructuras Ambientales y la de Montes y Vías Pecuarias se quedaron en trámites. En cuanto a la contaminación, no se ha logrado renovar la red de control de calidad del aire. El mayor logro ha sido la aprobación del Plan de Residuos Industriales, que obliga a una mejor gestión por parte de las empresas.