Los vendedores del Mercado Central de Valencia han vuelto a reunirse este martes para protestar contra el bloqueo del aparcamiento subterráneo de la plaza de Brujas, situado junto al mercado. En esta ocasión han colgado decenas de crespones negros y carteles en las vallas del parking y en las persianas de los establecimientos aledaños, que permanecen vacíos.

El presidente de la Asociación del Mercat Central, Francisco Dasí, ha asegurado que "la plaza de Brujas se ha convertido en un cementerio comercialmente hablando" tras siete años de obras para la construcción del aparcamiento que, según Dasí, tendrán que compensarse "poniendo el parking en marcha".

El aparcamiento de casi 500 plazas, todavía inacabado, continúa cerrado ante la falta de acuerdo entre el Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat, que deben acordar unas nuevas condiciones para la licitación de la infraestructura tras declararse desierta la primera, a la que no se presentó ninguna empresa ante el coste de asumir su gestión —once millones de euros de la construcción de la infraestructura más los gastos derivados de la finalización de las obras y la adecuación del entorno en la plaza Ciudad de Brujas—.

Dasí ha señalado que "el acuerdo es necesario" y ha llamado a ambas administraciones a establecer unas "condiciones atractivas para las empresas del sector". No obstante, el presidente de la Asociación del Mercado Central ha apuntado sobre todo a la responsabilidad de la Generalitat y de la consellera de Infraestructuras, Isabel Bonig, a quienes pide que "ajusten sus aspiraciones a la realidad", en referencia a su intención de recuperar los once millones de euros que costó el parking.

"Entendemos que la Generalitat tiene que ajustar un poco la forma de pago para que sea viable y las empresas puedan entrar al concurso", ha señalado Dasí durante la concentración en la plaza de Brujas.

Valor patrimonial de la zona

Los vendedores del Mercado Central se quejan de que la plaza de Brujas, de "tanto valor patrimonial" —cercana al propio mercado, la Lonja de Valencia y la Iglesia de los Santos Juanes—, "esté tan en precario", ya que "la impresión que se llevan los turistas, evidentemente, no es demasiado buena", ha asegurado Dasí.