Ilusión, resignación y rechazo, tres sentimientos en las calles de Barcelona durante el 9-N

  • Muchos barceloneses han votado con la ilusión de un proyecto nuevo.
  • Otros han participado resignados porque el 9-N creen que no servirá para nada.
  • Otros muchos no ven bien ni el proceso participativo ni la independencia.
Jessica, de 32 años, tampoco votará pero por razones distintas: "No creo que sirva de nada".
Jessica, de 32 años, tampoco votará pero por razones distintas: "No creo que sirva de nada".
20MINUTOS.ES
Jessica, de 32 años, tampoco votará pero por razones distintas: "No creo que sirva de nada".

Son muchos los barceloneses que este domingo han acudido a primera hora a los centros de votación, por lo que ya había colas cuando han abierto y en algunos casos se ha mantenido a lo largo de toda la mañana pese al frío y, desde el mediodía, la lluvia. Las banderas catalana y española y la estelada (la independentista) colgaban de muchos balcones, mientras que muchas farolas y postes han amanecido con lazos amarillos —el color elegido para la campaña Ara és l'hora (ahora es la hora)— y el 9-N era el tema más comentado en la calle.

Algunos han votado con la ilusión que genera un proyecto nuevo. Otros, en cambio, han acudido para manifestar su enfadado por una situación que consideran injusta. Pero también eran muchos los que participaban con resignación porque creen que no servirá de nada: la votación no es vinculante y dudan que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, reaccione ante la movilización de este domingo.

Pedro, un jubilado de 67 años, apretaba el paso para llegar al colegio en el que le tocaba votar, en la calle Orduña, en el distrito de Nou Barris. "Voy a votar porque estoy harto de España. Yo no veré el resultado, pero espero que mis hijos y mis nietos, sí", explica Pedro, antes de augurar la victoria del 'sí'. "Pero si gana el no, no pasa nada", agrega. También han madrugado Concepció, de 80 años, y su marido, Jordi, de 83: "Había mucha gente y cuando nos hemos ido, más", ha explicado esta antigua librera, quien ha pedido no tergiversar la historia: "La bandera catalana es de antes que la española".

Mientras los independentistas tenían ganas de votar y explicarse al ser preguntados, los contrarios a la secesión y/o a la consulta preferían no responder. Algunos, sin embargo, han optado por mostrar su opinión. Es el caso de José Luis, un catalán de 49 años hijo de andaluces. "No votaré porque creo que es ilegal y si lo hiciera, votaría no".

Si bien cree que se hubiera podido llegar a un consenso político para celebrar una consulta, opina que es mejor seguir unidos: "Cataluña hace mejor el conjunto", asegura. Además, teme que si Cataluña se independizara, muchas empresas se irían de la comunidad. En cambio, Maria Àngels, de 53 años, y Carlos, de 39, creen que una Cataluña independiente se recuperaría y a la larga sería mejor.

La madre de Alejandro, un valenciano de 19 años que este fin de semana estaba en Barcelona, cree que seguramente sería viable pero no le gusta la idea. Alejandro y Rubén, de la misma edad, prefieren no pronunciarse sobre la cuestión. "Tienen que decidir los catalanes, nosotros ni pinchamos ni cortamos y el Gobierno central no debería meterse. Si los valencianos quisiéramos la independencia deberíamos votar nosotros", sostiene el primero mientras su amigo asiente.

Los tres estaban ante la Sagrada Familia, llena de turistas como todos los días. "Pensaba que habría más catalanes por aquí pero no se ha notado nada", afirma Rocío, que trabajo en una cafetería de la avenida Gaudí, la vía que une el templo con el hospital modernista de Sant Pau y que recorren muchos turistas. Entre ellos, los Viber, un matrimonio francés, que ha explicado que habían oído hablar de la votación soberanista pero no sabían que era este domingo.

También paseaba por la zona Ignasi, un desempleado de 55 años y fotógrafo aficionado. "He salido a hacer fotos porque es un día histórico. He ido a tres colegios y había bastante gente. Me da la sensación de que muchos barceloneses se han quedado en la ciudad, el sábado costaba aparcar", explica. Él ha votado 'sí-sí', aunque el proceso participativo no le convence. "Llevo cuatro años en el paro y la Generalitat no me ha llamado para saber cómo buscaba trabajo ni nada, pero sí me ha enviado una carta para decirme dónde votar", se queja antes de seguir andando por la avenida.

A escasos metros de allí, sentada en un banco estaba Clàudia, una estudiante de ingeniería agroambiental y del paisaje 20 años, que esperaba a Guillem, de la misma edad y estudiante de ingeniería de telecomunicaciones. Ella ha votado antes de ir a estudiar, él lo hará después, pero ambos defienden el 'sí-sí'. "No me siento española pero respeto a los españoles y no me gusta el Gobierno", explica la joven. "La situación solo empeora con las negativas del Gobierno y ya hace mucho tiempo", indica al llegar.

Ambos esperan que la votación sirva a nivel internacional —dando a conocer el debate soberanista y cuanta gente respalda esta opción—, pero dudan que a nivel estatal cambie algo. Lo mismo opina Antares, de 38 años, quien votará en señal de protesta aunque teme que no servirá de nada. "En Cataluña hay malestar, pero Rajoy es un cobarde y no hará nada", opina. Es por eso que Jessica, de 32 años, no votará: "No creo que sirva de nada".

Entre los que se desentendían del proceso, había inmigrantes aunque algunos se implicaban. Es el caso de Fabio, de 43 años, que llegó hace 15 de Brasil y esta tarde irá a votar: "Toda mi familia es catalana y votará 'sí-sí'. Yo también porque creo que es lo mejor". También algunos jóvenes han explicado que no votarán porque no les interesa la política ni la independencia.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento