La tienda Topshop en Londres se convirtió este martes en en la protagonista de un hecho insólito.
La supermodelo Kate Moss presentaba en la calle Oxford su línea de ropa.
Decenas de personas hicieron cola para comprobar los diseños de la profesional de la moda, que venían con trampa: los clientes solo puedieron probarse un máximo de ocho vestidos y solamente pudieron comprar cinco.
La empresa espera que al limitar el número de artículos que puedan ser adquiridos se evitará que la gente los compre para ofrecerlos en el sitio de subastas en internet eBay.
La propia modelo posó, junto a los maniquíes del escaparate, para promocionar sus productos.
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