El British analiza la 'complejidad e importancia' de Alemania con doscientos objetos simbólicos

  • El museo londinense comprime los seiscientos años de historia alemana en los objetos con mayor poder simbólico de la nación centroeuropea.
  • La Biblia Gutenberg, grabados de Durero, el 'escarabajo' Volkswagen y numerosas obras de arte componen una 'rica narrativa' que culmina en el 'devastador' siglo XX.
  • Especial de 20minutos: 25 años de la caída del Muro de Berlín.
Volkwagen modelo 'escarabajo' de 1953
Volkwagen modelo 'escarabajo' de 1953
National Motor Museum
Volkwagen modelo 'escarabajo' de 1953

Países enfrentados en las dos guerras mundiales y no siempre unánimes en sus políticas, el Reino Unido y Alemania se acercan merced a la efeméride de los 25 años de la caída del Muro de Berlín y también con la celebración en Londres y nada menos que en el British Museum de una exposición sobre los seiscientos años de historia alemana. Germany: memories of a nation (Alemania: recuerdos de una nación) comprime la 'complejidad pasada' e 'importancia futura' de la nación centroeuropea en doscientos objetos de toda índole, desde grabados de Durero hasta el escarabajo Volkswagen.

Presentada como "un viaje desde el renacimiento hasta la reunificación [de las dos Alemania, RFA y RDA] y más allá", la muestra, que está abierta hasta el 25 de enero de 2015, es la única contribución británica a la celebración global del cuarto de siglo del final del Muro de Berlín. La opción del British no elude las tragedias alemanas durante el "devastador siglo XX" y nadie olvida, desde luego, que casi toda la inmensa colección del museo —compuesta por ocho millones de objetos— tuvo que ser desalojada durante los fieros bombardeos de la aviación nazi-alemana sobre Londres de la II Guerra Mundial y trasladada a casas de campo, estaciones de metro y otros lugares seguros.

Fronteras ' siempre cambiantes'

La exposición establece como motivo central la "complejidad" histórica alemana —una nación notablemente joven que hasta 1871 no fue un estado como tal sino una comunidad de territorios con manejos independientes— y la pujante "identidad" del país desde entonces. Germany: memories of a nation se nutre así de un "propósito narrativo rico" derivado de la "complejidad interna política y religiosa" y las fronteras "siempre cambiantes" que han convertido a la nación en una de las "más complejas y significativas" de Europa con un "efecto profundo en el pasado" que se mantendrá, aventuran los organizadores, "en el presente y el futuro."

En torno a las ideas de "fronteras flotantes, artes, logros, crisis y memoria", la muestra ha reunido un par de cientos de objetos, casi todos cedidos en préstamo por museos y pinacotecas del país homenajeado, que muestran con su sola presencia el devenir alemán desde el siglo XV hasta nuestros días. El recorrido se convierte en histórico, visual y ecléctico, ya que reúne desde grabados de Durero, el gran maestro renacentista, hasta diseños industriales de objetos para el hogar o mobiliario de la influyente escuela Bauhaus, que introdujo en la vida cotidiana la idea de que la sencillez también es bella.

El meditabundo Goethe

Desde el retrato al óleo pintado Johann Heinrich Wilhelm Tischbein en 1787 de Goethe in the Campagna, que muestra a uno de los literatos nacionales alemanes en una pose meditabunda y solemne en la campiña italiana y que nunca se había exhibido en el Reino Unido, pasando por una de las primeras ediciones de los cuentos de hadas de los hermanos Grimm y concluyendo en una pancarta de fabricación casera para las manifestaciones de 1989 en la RDA mostrando el mapa de la Alemania unida con la inscripción "Wir sind ein Volk" ("Somos un solo pueblo"), los objetos, dicen en el museo, "combinan belleza y propósito" y "condensan los recuerdos" de cualquier ciudadano alemán.

La impresión a mediados del siglo XV de la production la Biblia de Gutenberg tuvo una importancia decisiva, recuerdan desde el museo londinense, en la "creación de la Europa moderna" y, al mismo tiempo, las ciudades imperiales bávaras de Núremberg y Augsburgo se conviertieron en centros clave de la impresión y el grabado. Alemania era entonces un lugar donde la novedad era inmensa: el primer artista en producir copias de obras para distribución masiva fue Durero y la factoría de Meissen devolvió el esplendor al arte de la porcelana.

La puerta de un campo de concentración

Los "devastadores y trágicos eventos" en los que Alemania se envolvió en la primera mitad del siglo XX "moldearon invetibalemente la imagen que tenemos del país, su historia y su cultura", dice con cierto retintín el museo. La exposición refleja la situación con los descarnados grabados de Otto Dix sobre la I Guerra Mundial, papel moneda de la época de hiperfinfalcción de la República de Weimar —cuando el valor del dinero era menor que el de utilizar el papel para alimentar las estufas— y trabajos de la artista berlinesa Käthe Kollwitz, que expresó el tormento de la guerra y la angustia del porvenir en esculturas de gran poder emotivo y tétricos grabados.También se expone una réplica de la puerta del campo de concentración nazi de Buchenwald con la inscripción Jedem das Sein (A cada uno lo que merece).

La figura final de la exposición es Der Schwebend (El que flota), una gran figura luctuosa de un ángel colgante del escultor expresionista Ernst Barlach, diseñada para la catedral de Güstrow, ciudad natal del artista, como un memorial para recordar a las víctimas de la I Guerra Mundial. Representa el dolor de todas las madres que perdieron a sus hijos en aquel confñicto pero se ha convertido con el tiempo en una obra que "condensa toda la historia alemana del siglo XX como un poderoso símbolo de entereza y reconciliación", dicen en el British. Es la primera vez que la impresionante figura sale de Alemania.

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