La noche del 4 al 5 de agosto, la banda de Ismael López Gómez, de 45 años, secuestró a un joven narcotraficante de poca monta, D.M.C., con tres niños pequeños, cuando este estaba con sus caballos en una caballeriza de Chiclana de la Frontera. Ismael y su banda llevaban semanas planeando el golpe. Sabían que D. traficaba con hachís y que ocultaba 400.000 euros.

El plan era secuestrarle y torturarle hasta que cantara donde tenía el botín. Dicho y hecho. Se lo llevaron a un piso franco que la banda tenía en el Puerto de Santa María, a pocos kilómetros de Chiclana. De allí la banda viajó a Sanlúcar de Barrameda, donde también secuestraron a un matrimonio amigo de D., que tenía información sobre donde estaba el dinero. Al amigo lo apuñalaron en el muslo y en el glúteo, hasta que cantó: el dinero estaba enterrado en el jardín de una vivienda próxima. D. tuvo peor suerte. Recibió unas 40 puñaladas y le estrangularon con un cordel metálico. Su cadáver apareció en un descampado de Puerto Real.

El 29 de septiembre, la banda preparó un golpe similar en Navalmoral de la Mata (Cáceres). El objetivo era un empresario peletero. Ismael y sus chicos le asaltaron durante el día, en su nave industrial. Lo inmovilizaron y torturaron hasta que confesó donde tenía el dinero. Lo abandonaron sangrando, maniatado y amordazado. Sobrevivió. La Guardia Civil y la Policía Nacional informaron este martes de la detención de Ismael y de 17 miembros de su organización criminal, que había decido dedicarse al 'negocio' del secuestro y agresión de empresarios y narcotraficantes que tuvieran importantes cantidades de dinero en efectivo.

Las detenciones se produjeron en la madrugada del 16 de octubre, en 12 registros simultáneos en Madrid y Cádiz en el que participaron unos 200 agentes. Ismael se ocutaba en un piso de la sierra madrileña, en Buitrago del Lozoya. La Guardia Civil encontró documentación que revela que Ismael ya tenía muy avanzados los planes para secuestrar a otros cinco empresarios en Madrid, entre los que estaban un empresario chino, el gerente de un casino, un matrimonio de joyeros, y dos pequeños narcotraficantes. "Tenían bastante información sobre ellos y su familia, sus horarios, los lugares que frecuentaban", señalan fuentes de la investigación.

La organización, compuesta íntegramente por ciudadanos españoles, "todos con antecedentes", usaba chalecos antibalas y se desplazaban siempre portando pistolas municionadas y listas para ser utilizadas. Solían ocultar sus rostros con máscaras del protagonista del cómic "V de Vendetta". La banda estaba perfectamente jerarquizada y estructurada. Había un grupo que se dedicaba a la logística: encontrar pisos francos y robar vehículos; otro a recoger información sobre las víctimas y un tercero que secuestraba y torturaba para obtener el botín. Eran además muy meticulosos con su seguridad, sobre todo en sus desplazamientos en sus vehículos. Algunos de los miembros cambiaban de móvil varias veces por semana. Tenían pistolas, rifles y espadas.

Ismael es un viejo conocido de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, "un tipo duro y violento que sentía desprecio absoluto por la vida de los demás". En el barrio de Vallecas, donde traficó con drogas y extorsionaba, se le conocía como "el terror de Vallecas". En febrero del año 2000, Ismael apuñaló en la puerta de un discoteca de Alcalá de Henares a Carlos Blanco Monreal, de 26 años, solo porque había mirado a la novia de Ismael. Carlos murió al día siguiente. Fue condenado a prisión, donde cumplió doce años.

Un mes antes de matar a Carlos, había apuñalado a otro joven. Había sido detenido y puesto en libertad a la espera de juicio cuando asesinó a Carlos. Tras el crimen, fue arrestado cuando la Policía le sorprendió atracando un estanco de Alcalá de Henares. Pese a ello, huyó en coche e intentó atropellar a un agente. Amenazó a sus perseguidores con un arma de fuego pero al final fue capturado. Tenía entonces 12 detenciones por robos, agresiones y lesiones.

Ismael aprovechó su estancia en la cárcel para reclutar a la mayoría de los miembros que en la actualidad componían su banda. Era apodado por su hombres por "el ojos". La operación ha sido desarrollada por el equipo de delitos contra las personas de la Unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil de Cádiz, el Equipo Central de Inspecciones Oculares de la Guardia Civil, cuya participación ha sido clave en la recogida de restos biológicos en el domicilio de Puerto de Santa María donde se llevó a cabo el asesinato, y el Grupo de Guías Caninos de la Guardia Civil especialistas en búsqueda de restos biológicos.

También han intervenido agentes de la Unidad Especial de Intervención de la Guardia Civil, del Grupo de Reserva y Seguridad número 1 (Madrid) y la Unidad de Delitos Violentos del Cuerpo Nacional de Policía de Cádiz, los Grupos XIII y XI de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid, así como Unidades de Seguridad Ciudadana tanto de la Guardia Civil como del Cuerpo Nacional de Policía. La 'operación Periplo' sigue abierta y no se descartan nuevas detenciones en las próximas fechas.