El presidente del Gobierno del Principado de Asturias, Javier Fernández, ha resaltado este viernes la importancia del periodo de dos meses que se ha abierto para presentar alegaciones a la decisión de la Comisión Europea de pedir la devolución de ayudas por valor de casi 250 millones para las obras de ampliación del Puerto de El Musel (Gijón), ya realizadas. Lo importante ahora, ha dicho, es que se formulen alegaciones "contundentes" para revertir esa posición de la Unión Europea,

En unas declaraciones en los pasillos de la Junta General del Principado de Asturias (JGPA), Fernández ha considerado que en esas alegaciones tiene también que participar de forma activa el Gobierno central. "El Estado también tiene que defender sus propios actos", ha señalado, en el sentido de que el Ejecutivo central avaló en su día todo el proceso de contratación.

Fernández ha reprochado a la UTE encargada de la ampliación que no abriera su contabilidad cuando la Oficina Europea de Lucha Contra el Fraude (OLAF). Todo el proceso de alegaciones, ha añadido, es independiente de cualquier proceso de transparencia.

"A mí lo que más me preocupa es que los 249 millones se retiren de manera definitiva y espero que en este tiempo de alegaciones, quienes tienen que hacerla, sean lo suficientemente contundentes para que esos recursos se apliquen a la obra", ha indicado.

Fernández ha evitado la palabra 'despilfarro' para hablar de la actuación en El Musel y se ha centrado en hablar de la pérdida de competitividad que supondría para Asturias la pérdida de las ayudas europeas. "Vamos a procurar de todas las formas posibles que el puerto responda a las expectativas", ha comentado el presidente asturiano.

Respuesta a cascos

Preguntado sobre las críticas del presidente de Foro, Francisco Álvarez-Cascos, y de la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, hacia la responsabilidades de Javier Fernández en posibles irregularidades en las obras de ampliación del puerto, el presidente asturiano ha dicho que su papel era de secretario general de la FSA-PSOE y no tenía responsabilidades de gobierno.

A su juicio, como secretario general del partido en Asturias, no tenía que preocuparse o controlar un contrato determinado. Ha considerado "curioso" que Cascos plantee eso, porque él también fue secretario general del PP. "Yo no sé si se ocupaba mucho de los contratos del Gobierno, pero de lo que no se preocupaba era de saber lo que pasaba en su propio partido o con su gerente", ha apuntado.