Para cualquier tarea

Son varios los campos en los que la automatización genera beneficios. Se puede, por ejemplo, observar la casa en nuestra ausencia mediante cámaras conectadas a Internet. Con sensores se puede controlar también si hay fugas de agua, caídas de tensión eléctrica, conatos de incendio, escapes de gas…

Un mensaje al teléfono móvil del propietario permite conocer cualquier anomalía detectada en la casa, como los que puedan desvelar los sensores de presencia. Mediante luces o la conexión de aparatos audiovisuales automatizados se pueden prevenir robos si se detecta cualquier presencia extraña dentro de la casa.

También se puede conectar el riego del jardín, poner la lavadora o encender la cafetera, aún estando a miles de kilómetros de distancia de casa. Otra posibilidad es instalar luces automáticas, que se encienden mediante sensores de movimiento, o persianas que suben solas a la hora programada.

Al optimizar todos los recursos se evitan gastos innecesarios en el consumo. Además, las posibilidades domóticas para el confort en casa son prácticamente ilimitadas.

Información global y personalizada

Las telecomunicaciones son la piedra angular de la domótica. Ahora ya es posible tener conexión a Internet en toda la casa a través de una red inalámbrica, ver lo que sucede en otras estancias con una PDA conectada a la red, enviar y recibir faxes o tener acceso a redes de televisión. Esto hace que los hogares domóticos estén conectados las 24 horas con el mundo, pero no sólo para recibir información global, sino también personalizada. Con estos sistemas, un técnico puede comprobar el estado de las instalaciones ofreciendo teleasistencia para resolver cualquier anomalía. Más información: Asociación Española de Domótica (www.cedom.es).