En un país, el nuestro, que puede presumir de tener una de las biodiversidades marinas más ricas de la Unión Europea, apenas el 1% de su superficie marítima estaba protegida en el año 2009. Con este punto de partida, y ante la necesidad de abordar el objetivo marcado por Naciones Unidas de conservar al menos el 10% de las regiones marinas, nació el ambicioso proyecto LIFE+ Indemares, un programa dotado con 15,4 millones de financiación que habría de dar los primeros pasos y marcar las directrices para identificar y designar los lugares marinos de alto valor ecológico.

Coordinado por la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, en este proyecto ha trabajado, de forma directa, un equipo multidisciplinar de 300 personas, pertenecientes a diferentes instituciones y organizaciones, como el MARM, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el Instituto Español de Oceanografía, Oceana, la Coordinadora para el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Alnitak, SEO/Birdlife, la Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario, WWF España y diversas universidades.

Tras cinco años de trabajo intenso, el pasado mes de julio se declaraban 39 zonas de especial protección para las aves y 10 lugares de importancia comunitaria, lo que ha sumado un total de 7,3 millones de hectáreas marinas protegidas, integradas en la Red Natura 2000, que comprende ya un 27% del territorio español. Ello supone un 8,4% –que ya se acerca al deseado 10%– de área marina protegida sobre el total de superficie marina del Estado.

Así, 10 grandes áreas, pertenecientes a las regiones biogeográficas Mediterránea, Atlántica y Macaronésica, han sido objeto de análisis y estudio, lo que ha permitido realizar 120 campañas oceánicas, identificar 144 hábitats, descubrir más de 30 especies, completar los patrones de uso de 15 especies de aves marinas y, por supuesto, sentar las bases para su protección futura.

Junto a proyectos de esta envergadura, otros pequeños y medianos planes de diversas organizaciones tratan de concienciar a la población, al sector pesquero e, incluso, al sector turístico del mar, de la relevancia de la biodiversidad marina. Programas de pesca sostenible que velan por la supervivencia futura de la biodiversidad, o campañas en contra de las amenazas de explotación petrolífera, tráfico intenso o maniobras militares en nuestras demarcaciones marinas trabajan poco a poco por la sostenibilidad.

Pero a pesar de los grandes avances, el camino aún es arduo. "Acabamos de preparar un proyecto [Intemares] con la continuación lógica de Indemares, para que a su finalización, en  2021, España cuente con una red consolidada de espacios marinos Natura 2000 gestionada de una manera eficaz", cuenta a el mensual de 20minutos Ingnacio Torres, subdirector de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y director del proyecto LIFE+ Indemares. Un programa continuista que ya nos sitúa a la vanguardia europea de la conservación del medio marino.