Esteban Marchena García tiene 59 años, es camarero y vive en Alcudia, una localidad de Palma de Mallorca. Reside allí desde que tiene 17 años, pero nació en Los Molares (Sevilla). Es hijo de una mujer que, a los 17 años y siendo huérfana de padre y madre, entró a trabajar como "sirvienta en casa de unos terratenientes" de Utrera.

Allí mantuvo una relación con el hijo de los señores de la casa, "un solterón de 34 años que la engañó", cuenta Esteban a 20minutos. Al saber que estaba embarazada, "mis abuelos paternos la echaron de casa, porque en aquella España profunda llena de tabúes, él era un terrateniente y ella una don nadie", continúa. Hace seis años, Esteban decidió llevar a los tribunales su caso y ayer, un juzgado de Utrera le dio la razón, reconociéndole ser hijo biológico de su padre y, por tanto, heredero de una parte de su amplia fortuna, valorada en unos dos millones de euros.

Su abogado, Fernando Osuna, explica a 20minutos que el fallo judicial es "recurrible, aunque la sentencia es difícilmente rebatible". La cantidad exacta a percibir aún se desconoce, ya que "hasta ahora no hemos tenido acceso al testamento". En caso de que Esteban no esté incluido, le corresponde "una cuarta parte" del patrimonio. Si estuviera incluido, lo cual es poco probable, le corresponde "una tercera parte del 33%, es decir, la legítima".

20minutos habla con Esteban poco después de conocer la sentencia judicial.

¿Qué ha sentido al conocer la sentencia?

Mucha satisfacción por el trabajo realizado y porque al final, la verdad ha salido a la luz. Y a la vez pena porque mi madre falleció hace dos meses y no ha podido ver este momento. Pero yo le dije que lucharía hasta el final.

¿Ha pensado ya qué hará con el dinero que le corresponda?

Aún no, pero tengo 5 hijos y 4 nietos, y soy camarero, no letrado, así que siempre hay agujeros que tapar. Si todo llega a buen puerto algo se podrá comprar, una casita, un apartamento… ya veremos.

¿Piensa cambiarse el apellido?

Tampoco lo he pensado, aunque no creo que sea necesario. De hacerlo, me llamaría Esteban Vélez-Utrera.

¿Cuándo le habló su madre de esta historia?

Hace unos años, cuando apareció un papel referente a una denuncia que mi madre le puso a mi padre en 1964 y que ella ganó. Hasta ese momento, no me había contado casi nada.

¿Y ha hablado con los otros tres hijos de su padre alguna vez?

No, nunca hemos tenido relación de ningún tipo.

El juez ha asegurado que se parece mucho a sus hermanos…

Eso me ha dado mucha alegría. Porque ellos han estado poniendo muchos impedimentos todo este tiempo: han mentido en el juicio, han dicho que no me conocían de nada, quemaron los restos de mi padre y mis abuelos para que no pudiéramos hacer las pruebas de ADN… Pero ahora todo se ha sabido.

¿Cómo fue su infancia?

Cuando echaron a mi madre de la casa la acogió una mujer viuda con nueve hijos. Desde los 7 hasta los 15 años estuve en una casa cuna porque mi madre tenía que trabajar para mantenerme. Al salir, estuve trabajando como albañil para ayudar en casa. Y a los 17 me fui a Mallorca a trabajar.