La acusación popular, que ejerce el PSOE en el caso Madrid Arena, pide una pena de diez años de prisión para el principal imputado en la causa, Miguel Ángel Flores, y otros trece acusados por la muerte de cinco jóvenes en una fiesta de Halloween en 2012.

El grupo socialista en el Ayuntamiento de Madrid solicita en su escrito de acusación, una pena de seis años de cárcel para los doctores Simón y Carlos Viñals, encargados de la enfermería del Madrid Arena, por tres delitos de homicidio por imprudencia profesional grave, así como doce años de inhabilitación para el ejercicio de la medicina.

El PSOE reclama diez años de prisión por cinco delitos de homicidio por imprudencia grave para el organizador de la fiesta, Miguel Ángel Flores, así como para el director general de Diviertt, Santiago Rojo, y el jefe de personal de esta empresa Miguel Ángel Morcillo.

La misma pena pide para el director del departamento de Seguridad de Madridec, Rafael Pastor; el coordinador de Seguridad de Madridec, José Luis Rodríguez Caamaño; el coordinador de Proyectos de Madridec, Francisco del Amo; el técnico de Operaciones de Madridec, José Ruiz Ayuso, y el encargado del control de cámaras, Roberto Mateos.

También solicita diez años de cárcel para los coordinadores jefes de Seguriber, Juan José París Nalda y Raúl Monterde; el jefe de equipo de Seguriber, José Antonio Díaz Romero; el jefe de la Policía Municipal, Emilio Monteagudo, y los socios de Kontrol 34 Carlos Manzanares y Emilio Belliard.

Para el grupo municipal socialista, el organizador del evento, Miguel Ángel Flores, tuvo una responsabilidad directa en el sobreaforo que provocó el fallecimiento de cinco jóvenes, ya que, según las diligencias practicadas, se vendieron 23.000 entradas, cuando el número de personas autorizadas para entrar en la fiesta era de 10.620.

Tras casi dos años de instrucción, el PSOE resalta que la promotora del evento, Diviertt, no controló "de forma adecuada" ni el público asistente al evento, ni los flujos o mareas humanas que se dieron dentro del Madrid Arena.

El personal de la empresa de vigilancia Seguriber, que estaba contratada por Madridec y de la que dependía el control de cámaras del pabellón, no supo advertir ni el sobreaforo ni las avalanchas que desencadenaron la tragedia, subraya el grupo socialista.

Según el PSOE, el equipo médico contratado por el organizador del evento "no actuó con la profesionalidad que resulta exigible" y carecía de una enfermería "suficientemente dotada".

El personal de Madridec que supervisó el montaje de las instalaciones para el evento no detectó las disparidades existentes entre los planos diseñados a tal efecto y lo finalmente ejecutado, por lo que se realizaron instalaciones que no estaban previstas en la documentación, precisa.

Añade que los auxiliares que la empresa Kontrol-34 aportó para controlar el público en el interior del recinto tampoco supieron distribuir de forma adecuada a los asistentes, que colapsaron la pista central y dejaron vaciarse las plantas superiores.

Los efectivos policiales destinados al evento por los responsables de la Policía Municipal fueron "escasos" y distintos de los que habitualmente cubrían los espectáculos similares en el Madrid Arena en un dispositivo "improvisado sobre la marcha", detalla el Partido Socialista.

El Madrid Arena, apunta el grupo socialista, no contaba con licencia de funcionamiento y adolecía de numerosas deficiencias de seguridad que fueron señaladas por la Gerencia de Urbanismo.