Un editor jesuita reuncia a su cargo por presión del Vaticano

El jesuita Thomas J. Reese, director de la prestigiosa revista America, se ha visto obligado a renunciar tras años de críticas del actual Papa, quien era el responsable de la Congregación de la Doctrina de la Fe, antaño conocida como Tribunal de la Inquisición.

"America no es una revista extremista", dijo Frank Maurovich, director de la revista "Maryknoll", publicada por la Sociedad de Misiones Católicas Extranjeras de Estados Unidos.

Durante los últimos años la revista quedó bajo la mira de la Congregación de la Doctrina de la Fe, otrora conocida como Tribunal de la Inquisición, que presidía el cardenal Ratzinger

Reese dirigió durante siete años America, que tiene unos 46.000 lectores, y en los últimos cinco años la publicación mensual quedó bajo la mira de la Congregación de la Doctrina de la Fe, otrora conocida como Tribunal de la Inquisición, y hasta hace poco presidida por el cardenal Joseph Ratzinger.

Reese  recibió indicaciones de la Compañía de Jesús de que no había forma de seguir adelante en el pulso con la Curia romana

Pocos días después de que retornó del Vaticano, donde asistió a la investidura de Ratzinger como sucesor de Juan Pablo II, Reese recibió indicaciones de la Compañía de Jesús de que no había forma de seguir adelante en el pulso con la Curia romana.

El haber forzado la salida de Reese de la dirección de la revista perjudica a la imagen de la Iglesia, y especialmente del Vaticano

"El haber forzado la salida de Reese de la dirección de la revista perjudica a la imagen de la Iglesia, y especialmente del Vaticano", añadió Maurovich. "La Curia ya tiene reputación de aplastar la discrepancia, y ahora parece que quiere aplastar incluso el diálogo", agregó.

Bajo la dirección de Reese, "America" publicó artículos que exploraban argumentos morales para el uso de condones en el contexto de la epidemia de sida, y varios análisis críticos del documento "Dominus Iesus", difundido en septiembre de 2000 por la oficina de Ratzinger acerca del pluralismo religioso.

Asimismo, la revista publicó un editorial que criticó lo que describió como falta de proceso debido en los trámites con los cuales la Congregación de la Doctrina de la Fe amonestó, suspendió o acalló a un centenar de teólogos durante el papado de Juan Pablo II.

Otros artículos incluyeron un ensayo sobre los sacerdotes homosexuales y un artículo del congresista demócrata David Obey, que disputaba las sugerencias de que la Iglesia debía negar la comunión a los políticos que defienden la legalidad del aborto.

"La Orden de los Jesuitas está muy bien considerada dentro de la Iglesia, y mucha gente lee 'América', no sólo en Estados Unidos sino también en Europa", señaló Maurovich. "Pero más que una cuestión de discrepancias sobre asuntos específicos, esto es un asunto de autoridad, de reafirmación de autoridad", agregó.

"La Curia (vaticana) no entiende bien a América, no entiende a los americanos", aseguró. "Es como cuando el Vaticano se opuso a la teología de la liberación en América Latina, considerándolo un movimiento teñido por el marxismo, cuando era en realidad la expresión del cristianismo en las condiciones de injusticia social".

Siempre que publicó artículos controvertidos, América incluyó asimismo otros que presentaban puntos de vista opuestos, incluidos los de la jerarquía y la doctrina oficial de la Iglesia.

No hay razón por la cual una revista católica deba dar espacio a posiciones que contrarían claramente las de la Iglesia

Pero "mucha gente estaba descontenta con America", dijo el sacerdote Richard John Neuhaus, director de la revista "First Things" en Nueva York. "Del mismo modo que uno no espera que un grupo que favorece el aborto publique artículos contra el aborto, no hay razón por la cual una revista católica deba dar espacio a posiciones que contrarían claramente las de la Iglesia", aseguró.

Varios de los artículos de "America" criticados por Ratzinger fueron escritos por profesores de teología del Boston College. El director del departamento de Teología de ese centro, Kenneth Hims, dijo que "la señal que envía esta acción es que habrá cuestionamientos sobre la autonomía de las publicaciones relacionadas con la Iglesia".

La publicación de Schulmpf irritó hace varios años a Ratzinger con un artículo sobre las mujeres que querían ser sacerdotes.

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