Scarlett Johansson ha estado en Sitges. No de cuerpo presente, pero sí a través de Under the Skin, un largometraje de ciencia-ficción dirigido por el escocés Jonathan Glazer y que es también una de las propuestas más personajes y raras que ha dado el género en muchos años. Era además uno de los títulos estelares en esta edición del certamen.

Lo era a pesar de que también llega con retraso. Seguramente habría sido mejor su inclusión en el certamen el pasado año, mucho más cercana en el tiempo a su presentación mundial en el Festival de Venecia, de 2013, donde se hizo con todo tipo de críticas opuestas, desde entusiastas hasta demoledoras. Pero más vale tarde que nunca, y más si se trata de ver una obra tan inusual como Under the Skin en la gran pantalla.

La historia, adaptando una novela de Michael Faber, es la de una alienígena que toma el cuerpo de una mujer, naturalmente Scarlett Johansson, con la misión de en su nueva forma humana atraer a individuos de nuestra especie que luego servirán para fabricar sus deliciosas comidas.

Sin embargo leyendo esto no piensen en Species o una película convencional. Es cine de arte y ensayo en estado puro. Una propuesta estilística de enorme calado, con una plasticidad apabullante en sus imágenes, en esa Escocia lluviosa y triste. Esconde herméticas reflexiones sobre la condición de lo que es humano o lo que es alienígena. Una conjunción fascinante y magnética, o todo lo contrario, irritante y tediosa, según el punto de vista, narrado entre largos silencios, una banda sonora musical notable y una Scarlett Johansson cuyo rostro, y cuerpo, es protagonista absoluto, más allá de la repercusión a través de Internet que obtuvieron, hace unos meses, la difusión de fotografías de sus desnudos integrales en el filme.

Bondad y maldad, egoísmo, supervivencia, empatía, lo irresistible de ser humano. La belleza, también crueldad, de la naturaleza que nos rodea. Pocas palabras hay en Under the Skin dejando que sea el espectador quien vaya poniendo voz y texto a lo que vemos en pantalla, quien reflexione sobre de qué estamos hechos bajo nuestra piel o cual es el extraño que pueda habitar bajo nuestra forma exterior.