La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) tiene previsto presentar hoy en la Audiencia Nacional una solicitud de paralización "cautelarísima" del eventual traslado a otro país africano de los 23 inmigrantes del buque Marine I que aún siguen en Mauritania.

La secretaria general de CEAR, Amaya Valcárcel, dijo que esta organización humanitaria tiene información de que esas personas, que están "desesperadas", podrían ir en las próximas horas o días a Sudáfrica, Egipto, Marruecos o Senegal, pero se desconoce en qué condiciones.

Detención prolongada y excesiva

Según CEAR, que permanece en contacto con Médicos del Mundo en la zona, estos inmigrantes permanecen desde hace 68 días encerrados en un hangar del puerto Nuadibú sin ver la luz natural, en una "detención prolongada y excesiva".

El pasado día 18 de abril por la tarde, uno de los inmigrantes comunicó a Médicos del Mundo que debían facilitar sus datos a la policía para que el "viernes o el sábado se los llevasen a otro país africano", aunque el traslado efectivo podría ser el lunes próximo, según un comunicado conjunto de ambas organizaciones.

En Nuadibú permanece un avión militar y un contingente de policías nacionales que "permitiría realizar el traslado en cualquier momento", agrega la nota.

Valcárcel aseguró que la Audiencia Nacional ya ha admitido a trámite un recurso contencioso-administrativo para que sean llevadas a España, donde puedan tramitar la petición individual de asilo "con todas las garantías".

"Estamos denunciando -enfatizó- la actuación de las autoridades españolas en el exterior en relación con los inmigrantes, y pedimos que la justicia se pronuncie en este caso concreto."

Estas organizaciones reclaman que se respeten las garantías constitucionales a las que estas personas "tienen derecho" por la "implicación" del Gobierno en el asunto: "son autoridades españolas las que les custodian y las que están tomando decisiones sobre su futuro".

Estos inmigrantes no se acogieron al sistema de repatriación voluntaria, al contrario que el resto de los 369 que desembarcaron en Mauritania en febrero pasado por un acuerdo entre España y el Gobierno de ese país después de que el buque fuera localizado a la deriva a unas 500 millas de las Islas Canarias.