Las bebidas energéticas no dan más energía que un refresco pero provocan insomnio y nerviosismo

  • Más del 50% de los deportistas toman bebidas energéticas para entrenar o competir.
  • Aunque su rendimiento deportivo crece entre un 3% y un 7%, también se aprecia un aumento de la frecuencia de insomnio y nerviosismo.
  • Tras su consumo, el deportista se siente con más fuerza, potencia y resistencia.
  • No aportan más energía pero tienen un efecto ‘energizante’ por la cafeína.
Varias de las bebidas energéticas que ofrece el mercado.
Varias de las bebidas energéticas que ofrece el mercado.
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Varias de las bebidas energéticas que ofrece el mercado.

Las bebidas energéticas parecen tener un nombre erróneo, porque las bebidas energéticas no aportan más energía. Lo asegura un estudio español de la Universidad Camilo José Cela (UCJC), que muestra que lo que sí provocan estas bebidas es más rendimiento pero también insomnio y nerviosismo en los deportistas que las consumen.

El consumo de bebidas energéticas antes de la práctica deportiva se ha multiplicado. Más del 50% las toman en los entrenamientos e incluso antes de las competiciones. La investigación –de la que se hace eco SINC– muestra que aunque en principio los deportistas ven aumentado su rendimiento deportivo entre un 3% y un 7%, también se aprecia un aumento de la frecuencia de insomnio, nerviosismo y el nivel de activación en las horas siguientes a la competición.

El estudio, publicado en el British Journal of Nutrition, ha evaluado durante cuatro años los efectos, tanto positivos como negativos, que producen las bebidas energéticas sobre los deportistas. Así, deportistas de élite del fútbol, baloncesto, rugby, voleibol, tenis, natación, hockey y escalada tomaron el equivalente a tres latas de bebida energética o una bebida placebo antes de una competición deportiva. Su rendimiento se midió con el uso de dispositivos GPS, dinamómetros y potenciómetros.

Los resultados demuestran que los deportistas aumentaron su rendimiento deportivo entre un 3% y un 7%. “Es más –explica Juan Del Coso Garrigós, uno de los autores del estudio y responsable del Laboratorio de Fisiología del Ejercicio de la UCJC– recorrieron más distancia en una competición en deportes de equipo; especialmente la recorrida a alta intensidad, relacionada con el rendimiento deportivo”.

Según añade Del Coso, “las bebidas energéticas aumentan la capacidad de salto en jugadores de baloncesto, la fuerza y potencia muscular en escaladores y en individuos entrenados, la velocidad de nado en nadadores velocistas, la fuerza y la precisión del golpeo en jugadores de voleibol y el número de puntos conseguidos en tenis”.

Y aunque es cierto que los deportistas se sintieron con más fuerza, potencia y resistencia con la bebida energética que con la bebida placebo, también ocurrió que estas bebidas  “aumentaron la frecuencia de insomnio, nerviosismo y el nivel de activación en las horas siguientes a la competición”. Su consumo produce un aumento de los efectos secundarios típicamente encontrados en otras bebidas con cafeína.

No aportan más energía que un refresco

Las bebidas energéticas están compuestas principalmente de carbohidratos, cafeína, taurina y vitaminas del grupo B, con escasas diferencias en las cantidades e ingredientes entre las principales marcas de bebidas energéticas. Al contrario de lo que indica su nombre comercial, las bebidas energéticas no aportan más energía de la que hay en otras bebidas como los refrescos (~40 kcal/100 mL de producto), pero tiene un efecto ‘energizante’ relacionado con la estimulación producida por la cafeína.

De hecho, ninguno de los otros ingredientes presentes en las bebidas energéticas y en las dosis que hay en una lata de bebida energética produce por sí un efecto significante sobre el rendimiento físico o cognitivo. La concentración de cafeína (32 mg/100 mL de producto) presente en las bebidas energéticas aporta un total de 80 mg de cafeína por cada lata (250 mL) aunque en la actualidad ya se comercializan envases con 500 mL.

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