El Matarraña, la “Toscana española” está en Teruel

  • Valderrobres y Calaceite tienen el reconocimiento de formar parte del exclusivo club de “los pueblos más bonitos de España“.
  • La ruta de la Pesquera va en paralelo al río salpicado de 16 pozas naturales.
  • En el camino del Parrizal tenemos pinturas rupestres y una ruta botánica.
Vista de Valderrobres, uno de “los pueblos más bonitos de España“.
Vista de Valderrobres, uno de “los pueblos más bonitos de España“.

EFE/lrs.
Vista de Valderrobres, uno de “los pueblos más bonitos de España“.

En el sur de Teruel, hay un paraíso natural al que muchos ya llaman la “Toscana española”. Pero éste tal vez sea aún más auténtico; es El Matarraña. En verano y Semana Santa, son los visitantes españoles –fundamentalmente vascos, madrileños y catalanes– los que se acercan a esta comarca, aunque el empuje del turismo en la zona vino de mano extranjera. Unos 80.000 turistas visitan esta zona cada año y al menos un 40% repite.

En El Matarraña destacan sus campos de olivo y almendros, la exhuberante naturaleza en torno al río Matarraña –que da nombre a la comarca–, y el ocre de sus construcciones en piedra, que trasladan al visitante siglos atrás en la historia. En su centro, el municipio de Valderrobres que, junto al vecino Calaceite, forma parte del club de “los pueblos más bonitos de España“.

Dentro de la villa de Valderrobres destaca el imponente conjunto del Castillo, del siglo XIV, y la Iglesia, de estilo gótico mediterráneo, que se han ido transformando en paralelo a su apasionante historia. Además de la monumentalidad del conjunto, los amantes del arte tienen la oportunidad de conocer hasta diciembre de este año una exposición de grabados titulada “Dalí frente a Miró: los surrealismos”.

Para los turistas más naturales, el vecino pueblo de Beceite permite, entre otras rutas, la de la Pesquera, cinco kilómetros de camino en paralelo al río salpicado de 16 pozas naturales, los espacios más reclamados para refrescarse y tomar el sol durante el verano.

El camino del Parrizal tiene un primer tramo de 800 metros apto para todo tipo de público, incluso para carritos infantiles, en el que además del paisaje se pueden descubrir pinturas rupestres y una ruta botánica. Los más deportistas pueden continuar la ruta de once kilómetros, con una duración de tres horas.

Las huellas del paso del hombre en El Matarraña son ancestrales: en varios municipios del norte de la zona se encuentran restos de hasta siete poblados íberos, todos visitables.

Una ruta distinta: de cárcel en cárcel

Una forma de recorrer la comarca, muy peculiar, es a través de su ruta por las cárceles; en su mayoría, construcciones sólidas que se hallan en la parte baja de los ayuntamientos y cuya edificación se enmarca entre los siglos XVI y XVIII. Son curiosos espacios con poca luz y ventilación, y en algunos se conservan argollas, cadenas y grilletes originales; se pueden visitar junto a los consistorios de Calaceite, La Fresneda, Fórnoles, Fuentespalda, Monroyo, Peñarroya de Tatavins, Ráfales, Torre de Arcas y Valderrobres.

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