El delegado territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta, Javier Carnero, ha informado este martes de que aún se están recabando los informes relativos a la concesión y los permisos del campo de tiro Guadalmedina, en el que el pasado mes de agosto se originó un incendio que arrasó más de 270 hectáreas, para determinar si se aplica alguna sanción administrativa o, incluso, se ordena el cierre del recinto.

En este punto, ha reiterado que la decisión de si se retira o no la adjudicación del campo de tiro "es totalmente técnica". "Si hay incumplimientos, se quitará la concesión y si no los hay, no", ha precisado.

Así, Carnero ha declarado a los periodistas que, en el momento en el que estén todos los informes necesarios, "se tomará la decisión oportuna respecto a si cabe la retirada o no de la concesión y si caben sanciones".

"En estos momentos están trabajando en la realización de informes los servicios que llevan los planes de autoprotección ambiental ante las denuncias de algunos particulares por vertidos dentro del campo de tiro, así como la Policía Autonómica, entre otros", ha explicado.

La consejera de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta, María Jesús Serrano, ya advirtió de que si el campo de tiro "no cumple la normativa, habrá que sancionarlo, iniciar el expediente correspondiente y actuar como marca la ley".

Siete imputados

El equipo especializado en Medio Ambiente de la Unidad de Policía adscrita a la Comunidad Autónoma de Andalucía imputó a siete personas la responsabilidad de este incendio, originado el pasado 10 de agosto en el Parque Natural de Los Montes de Málaga, concretamente en el paraje conocido como Los Anaya-Campo de Tiro Guadalmedina, y que calcinó 273 hectáreas de terreno forestal, poblado de pinar y monte bajo.

Según las investigaciones, el incendio se inició dentro de las instalaciones de una de las galerías del complejo Tiro Guadalmedina, siendo la causa directa la supuesta práctica negligente de este deporte por parte de los usuarios que ocupaban dichas instalaciones.

Presuntamente, los proyectiles impactaron sobre las piedras y provocaron chispas que prendieron la abundante vegetación, propagándose rápidamente al carecer de las condiciones exigidas por la legislación sobre prevención de incendios forestales, entre ellas un perímetro cortafuegos.