Una pareja de policías denuncia su 'viacrucis' para conciliar: "Vemos a las niñas 45 minutos"

  • Natalia e Hipólito tienen dos hijas, de 1 y 2 años, a las que ven 45 minutos al día.
  • Esta pareja de la policía local comparte turno, de 4 de la tarde a 12 de la noche.
  • Llevan casi un año solicitando el cambio de uno de los dos a la mañana, sin éxito.
  • El Ayuntamiento de Torrelodones (Madrid) mantiene bloqueada la situación para no dar un "trato preferente" y denuncia que la pareja rechaza el turno de noche.
  • El sindicato UPM: "El Ayuntamiento vulnera los derechos de los agentes".
Natalia e Hipólito luchan por un cambio de horario para poder pasar tiempo con sus hijas.
Natalia e Hipólito luchan por un cambio de horario para poder pasar tiempo con sus hijas.
JORGE PARÍS
Natalia e Hipólito luchan por un cambio de horario para poder pasar tiempo con sus hijas.

En cuanto puede, la niña de dos años esconde a hurtadillas el uniforme de su madre en el cubo de la ropa para lavar. Es su forma de protestar porque durante 17 días al mes ella y su hermana, de un año, solo pueden pasar 45 minutos diarios en compañía de sus padres, ambos policías locales del municipio madrileño de Torrelodones.

Natalia (31 años) e Hipólito (38) comparten desde hace siete años el turno de la tarde en las patrullas locales. Pasan una semana de seguido en la calle (de cuatro de la tarde a doce de la noche, aproximadamente). Apenas pueden ver a sus hijas tampoco por la mañana: muchos días tienen que ir a juicios por su condición de policías, así que no les queda otro remedio que apuntarlas a la guardería.

Hasta ahora han ido apañándose como han podido: renunciando a vacaciones conjuntas por estar días sueltos con las pequeñas —"que no aguantan más de ocho horas seguidas con cuidadoras"— o tirando de las abuelas que se desplazan desde fuera de la Comunidad de Madrid en sus días libres para suplir ausencias. Pero, ni ellos ni sus hijas pueden seguir así mucho más.

Desde el mes de febrero esta pareja de agentes locales intenta, con escritos y peticiones oficiales, que el Ayuntamiento de Torrelodones les ayude a conciliar su vida familiar y laboral mediante el cambio de uno de los dos progenitores al turno de la mañana. Pero, según explican ellos, tan solo han recibido negativas verbales, trabas y silencios administrativos del consistorio como respuesta a su demanda.

Un conflicto enquistado

En la Policía Local de Torrelodones trabajan 45 agentes. Seis son mujeres. Natalia es la única madre entre las cinco mujeres que patrullan el municipio. Habitualmente estos funcionarios escogen su turno de trabajo cada tres años y por orden de antigüedad. En el último reparto de horarios, en diciembre de 2011, Natalia e Hipólito, al ser los últimos en llegar al servicio, ingresaron en el turno de tarde. Cuando tuvieron a sus hijas confiaron en que el Ayuntamiento les reconociera su derecho a la conciliación.

Ante el patente bloqueo de sus peticiones, a primeros de septiembre la pareja decidió denunciar la situación a través de las redes sociales. Abrieron una campaña de recogida de apoyos en la plataforma Change.org. Y elevaron su caso a la Defensora del Pueblo. Pero en lugar de conseguir el ansiado acercamiento de posturas, su iniciativa puso al equipo municipal abiertamente en su contra.

"Es absolutamente mentira que no les permitamos conciliar", afirma, visiblemente enfadado, el concejal de seguridad del municipio, Gonzalo Santamaría, de Vecinos Por Torrelodones. "Les hemos aprobado cambios puntuales de horario todas las veces que nos lo han pedido, pero es que no podemos cambiarle a ella a la mañana porque el horario de la policía se elige cada tres años, por antigüedad, y sentaríamos un mal precedente", defiende.

Santamaría insiste en que en su departamento están "escandalizados". Tienen la impresión de que la pareja "confunde los derechos de conciliación". Y se pregunta por qué ninguno de los padres ha optado por el turno de noche o por qué Hipólito, el padre, no hace valer su antigüedad, recientemente ampliada en sentencia judicial, para pasar al turno de la mañana.

Hipólito explica que cuando tuvieron a la primera hija reclamó en el Ayuntamiento la revisión al alza de su antigüedad, recibiendo el informe favorable del secretario municipal. El Ayuntamiento se la denegó y tuvo que acudir a los tribunales que le dieron la razón en junio de 2013. Desde ese momento, Hipólito ya superaba a varios compañeros en la lista del orden de elección de turno de manera legal.

El pasado 6 de marzo, reincorporada Natalia de la segunda baja de maternidad, Hipólito presentó en el Ayuntamiento de Torrelodones un escrito solicitando información sobre cómo llevar a efecto la sentencia. Quería saber si el cambio de turno que pedía era para tres años o solo hasta diciembre de 2014, cuando toca volver a elegir turno. En este punto, las versiones aportadas son discrepantes. Hipólito asegura que en el Ayuntamiento le negaron verbalmente el cambio y le dijeron que lo hiciera efectivo ya en diciembre. El equipo municipal defiende que se le explicó que con el convenio municipal en plena negociación no se le podían asegurar las condiciones de un nuevo horario. El resultado, que siguieron igual.

Vulneración de derechos

El sindicato UPM (Unión de Policía Municipal) ha intentado mediar, sin éxito, en el conflicto entre las partes. Su coordinador regional, Antonio Martinez, está convencido de que en Torrelodones se están "vulnerando los derechos de estos trabajadores". Martínez recurre al estatuto básico del empleado público, que recoge en su artículo 14 el derecho a la adopción de medidas que favorezcan la conciliación. A su juicio, en este caso hay una "situación enquistada" y lamenta que el responsable municipal de Seguridad le haya negado una reunión con la que pretendía encontrar una salida conveniente.

Natalia e Hipólito lo único que quieren es pasar más tiempo con sus hijas.Y que así ellas dejen de encadenarse a sus botas cada vez que salen por la puerta para ir a trabajar. Lo han intentado de varias formas, llegando incluso a solicitar formalmente una permuta con la Policía Municipal de la capital. "Allí, en Madrid hay 8.000 policías y seguro que no tendríamos problemas en conseguir que uno de los dos trabajara de mañana", explica Natalia. El Ayuntamiento de Madrid hace meses que dio su visto bueno. El de Torrelodones, no.

"Es triste que sea la única mujer patrullera con hijos y que vayan a por mí por pedir la conciliación" se lamenta Natalia, que ahora teme que su intachable historial, reconocido incluso desde el Ayuntamiento, se vea maculado por la apertura de algún expediente.

La única salida que les queda, si no consiguen restablecer el diálogo con el Ayuntamiento, es acudir a la vía judicial. Lo harán, anuncian, aun a sabiendas de que a sus dos pequeñas les quedarán todavía muchos meses de seguir escondiendo el uniforme de mamá en el cubo de la ropa sucia.

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El Ayuntamiento de Torrelodones ha emitido este lunes un comunicado en el que da su versión del conflicto y manifiesta su "más firme apoyo a las políticas de conciliación de la vida familiar".

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