El delta del Danubio, uno de los ecosistemas más ricos y desconocidos de Europa

  • A orillas del Mar Negro se extiende un humedal que alberga un paraíso salvaje.
  • Su superficie supera los 5.000 km2, la mitad declarados Reserva de la Biosfera.
  • Entre la exuberante vegetación abundan colonias de cormoranes, garzas, cisnes, gansos bravos, patos y sobre todo pelícanos.
  • Este enorme humedal sigue siendo poco conocido como destino turístico.
Vista aérea de un brazo del delta del Danubio antes de desembocar en el Mar Negro.
Vista aérea de un brazo del delta del Danubio antes de desembocar en el Mar Negro.
EFE / Staffan Widstrand
Vista aérea de un brazo del delta del Danubio antes de desembocar en el Mar Negro.

El río Danubio es el segundo más largo del continente europeo, con 2.888 kilómetros. De modo que escuchar Danubio y pensar sólo en Viena es un enorme error de apreciación. De hecho, para conocer el delta del Danubio, uno de los ecosistemas más ricos y desconocidos de Europa, hay que viajar hasta Rumanía.

A orillas del Mar Negro se extiende un inmenso humedal que alberga un paraíso salvaje con mucho potencial turístico. Sus escasos habitantes –alrededor de 12.000– ven en la llegada creciente de visitantes una oportunidad para salir de la pobreza.

Dumitru Dimache, de casi 50 años, es uno de ellos. Se dedica desde hace más de dos décadas al turismo y a la pesca. Este último oficio es común en la zona, por las más de cien especies que ofrece el Danubio, desde esturiones hasta carpas y percas. Lugareño de Sfantu Gheorghe, donde desemboca uno de los tres brazos en los que se divide el río, Dimache ha transformado su casa en una pequeña pensión tradicional para recibir a los amantes de la naturaleza, gracias a un préstamo de 15.000 euros concedido por la fundación conservacionista Rewilding Europe.

"Debemos realzar la fauna y flora del delta para promover la llegada de más turistas", dice Dimache, que planea comprar unos prismáticos para que los visitantes admiren las más de 300 especies de aves que descansan allí en su camino a África.

Confiesa que en esta zona y en la capital de la provincia, Tulcea, punto de partida para visitar el delta, existen escasas oportunidades que permitan esquivar la pobreza, por lo que aplaude la iniciativa de Rewilding Europe en un país donde el salario medio ronda los 350 euros al mes. Además, "el interés que produzca el crédito otorgado por la organización ecologista se reinvertirá en algo que contribuya a la conservación de la naturaleza", señala Dimache.

"Se trata de desarrollar un turismo sostenible basado en pequeños alojamientos familiares, en excursiones de un grupo de personas guiadas por un pescador local y en la observación de las aves", explica Alexandra Panait, coordinadora local del programa Rewilding Europe, en colaboración con la ONG World Wild Fund (WWF).

En los últimos años, el número de turistas extranjeros que visitan el delta se ha duplicado, pero desde cifras muy modestas: en 2012 más de 40.000 rumanos y alrededor de 5.000 extranjeros eligieron este humedal, donde sólo hay caminos de agua, como destino.

Resulta sencillo alquilar una lancha rápida en el puerto fluvial de Tulcea que conduzca al turista a las entrañas del delta, cuya superficie supera los 5.000 kilómetros cuadrados, la mitad de ellos declarados Reserva de la Biosfera por la Unesco. Pero también atrae la atención la facilidad con la que uno se puede perder sin un guía en el laberinto de canales y lagunas que constituyen el corazón del segundo delta más amplio de Europa, tras el del Volga. Conforme se adentra en territorio virgen, lejos del trasiego de la ciudad, se divisa entre la exuberante vegetación abundantes colonias de cormoranes, garzas, cisnes, gansos bravos y patos. Pero, en este delta, es el pelícano el rey de todas las aves.

Falta de infraestructuras

Pese a la enorme biodiversidad del delta, la infraestructura turística refleja una clara precariedad, agravada por la poca preparación y los escasos medios de los lugareños. "Los excursionistas suelen venir durante los meses de julio y agosto, lo que provoca que los habitantes recurran a otros medios de subsistencia" el resto del año, lamenta Panait.

Su solución pasa por ampliar la temporada turística desde la primavera hasta el otoño, cuando además puede verse la migración de las aves. "La explotación responsable puede incrementar los ingresos: si ofreces servicios de baja calidad, no vendrán una segunda vez", afirma la joven ecologista.

Desde Tulcea salen a diario numerosas embarcaciones de turistas que navegan por el delta, sin antes visitar las aldeas de la zona, en la que conviven junto a los rumanos comunidades turcas, griegas y ucranianas. Pero, pese a su riqueza ecológica, este enorme humedal sigue siendo poco conocido como destino turístico en Europa. Muchos turistas "no son conscientes de la fauna silvestre de Europa", asegura Frans Schepers, director de Rewildind Europe.

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