La Guardia Civil destinará 121 efectivos al municipio vallisoletano de Tordesillas para garantizar que el torneo del Toro de la Vega, que está programado para el próximo 16 de septiembre, transcurra con total normalidad.

Esas 121 unidades se distribuyen entre los servicios de Seguridad Ciudadana, del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS), del Subsector de Tráfico, una unidad helitransportada y una de Caballos, según la información difundida a través de un comunicado por la Subdelegación del Gobierno en Valladolid.

Así se ha decidido en la Junta de Seguridad de Tordesillas, centrada en coordinar los servicios de la Guardia Civil, de la Policía Local y de Protección Civil que intervendrán en el festejo y en la que han estado presentes el alcalde de la localidad, José Antonio González Poncela, y el subdelegado del Gobierno, José Antonio Martínez Bermejo.

En la reunión, a la que también han acudido el teniente coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil, Juan Miguel Recio, y el comandante, jefe operativo, Javier Peña, se han estudiado los dispositivos de seguridad de las fiestas del municipio, que se celebrarán del 8 al 18 de septiembre en honor de la Virgen de la Peña.

El Toro de la Vega fue reconocido en 1980 como Fiesta de Interés Turístico Nacional y, en los últimos años ha recibido críticas de diferentes asociaciones y grupos políticos, entre ellos el Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (PACMA), que han promovido concentraciones, manifestaciones y otras acciones que han incluido hasta procesos judiciales.

Este acontecimiento genera cada año mucha polémica, por tratarse de un festejo denunciado por asociaciones que defienden el derecho a la vida de estos animales, que son perseguidos por lanceros con el fin de matarlos. Recientemente se lanzó una campaña llamada 'Rompe una lanza' para firmar por su prohibición, y numerosas personalidades famosas se han unido para terminar con ello.  Además, se han presentado firmas en el Congreso y se ha hackeado la web del festejo en forma de protesta.

La última polémica la protagonizó Leo Harlem. El humorista reculó después de aceptar ser pregonero de las fiestas, pero lo hizo tras las críticas recibidas.