Vecinos de Ciutat Vella claman contra el botellón, la suciedad y la masificación del turismo

  • Sufren ruido y desperfectos en las viviendas por la afluencia masiva de turistas y de jóvenes que se emborrachan en botellones en la calle.
  • Las entidades piden que se ataje el fenómeno y alertan que se está extendiendo al resto de zonas turísticas de la capital catalana.
  • El Ayuntamiento de Barcelona está elaborando un plan para los pisos turísticos.
Un vendedor ambulante de comida y bebida en la calle Guàrdia, en el Raval de Barcelona, de madrugada.
Un vendedor ambulante de comida y bebida en la calle Guàrdia, en el Raval de Barcelona, de madrugada.
R. B.
Un vendedor ambulante de comida y bebida en la calle Guàrdia, en el Raval de Barcelona, de madrugada.

El incivismo sigue siendo la asignatura pendiente en los barrios más turísticos de Barcelona. Vecinos de Ciutat Vella claman contra la "saturación" que sufren sus calles y la suciedad, el encarecimiento de los precios y el cierre del comercio de proximidad que esto conlleva. Reclaman nuevas soluciones pero, sobre todo, un "cambio de modelo". El Ayuntamiento prevé aprobar "próximamente" un Plan Especial de Ordenación de Viviendas de Uso Turístico.

Orines en la calle, preservativos usados en las escaleras de vecinos y borracheras nocturnas que no dejan dormir se han convertido en el día a día de los vecinos de las calles adyacentes a la Rambla. El fenómeno no es nuevo pero se intensifica en la medida en que cada vez llega más turismo, lamentan entidades y vecinos consultados por 20minutos. El último exponente de esta queja ha sido el estallido en la Barceloneta, pero el fenómeno se repite en todos los barrios turísticos.

Sin puerta, otra vez

En una nueva visita a la calle Guàrdia, 20minutos ha podido comprobar cómo en el número 14, el viernes volvieron a golpear la puerta. Los vecinos sorprendieron de madrugada a prostitutas y sus clientes en la portería. En la zona del Arc del Teatre la situación, por las noches, ha empeorado los últimos meses, según indican quienes viven allí, con botellones y ruido cada madrugada y, de revote, suciedad esparcida a diestro y siniestro.

Mercedes Rodríguez, vecina de Nou de la Rambla, explica, en cambio, que la situación en su calle ha mejorado, puesto que en su escalera no se encuentra a drogadictos. Confiesa, con todo, que dormir con la ventana abierta es imposible por el ruido que hay. Le pasa lo mismo a Ricardo Tapia, vecino del Gòtic, quien pide "más respeto por los vecinos".

"La masificación trae estos problemas", sintetiza Reme Gómez, presidenta de la Asociación de Vecinos del Gòtic, y detalla que "no se puede dormir en casa ni pasear por la calle": «es desesperante», concluye. Gómez alerta que "el problema se está extendiendo por toda la ciudad".

La estrategia municipal

El Ayuntamiento de Barcelona presentará el miércoles un informe sobre la estrategia municipal seguida para "hacer una gestión eficaz de los flujos de visitantes". Destaca que la ciudad recibe 27 millones de visitantes el año y que el turismo supuso en 2012 entre el 10 y el 12% del PIB barcelonés.

En un comunicado, el Consistorio reconoce "externalidades negativas" que atribuye a "un desarrollo anterior al que le faltó una gestión que favoreciera un crecimiento sostenible del sector". Desde 2011 se han inspeccionado 4.050 viviendas de uso turístico, de los cuales se derivaron 1.952 expedientes abiertos. Sólo 48 de estos apartamentos cesaron su actividad en este intervalo, según datos municipales.

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