La prostitución entra en los portales del Raval de Barcelona de la mano del turismo 'low cost'

Dos mujeres ofrecen sus servicios sexuales en una calle de Barcelona bajo una pancarta en la que se puede leer 'Queremos un barrio digno'.
Dos mujeres ofrecen sus servicios sexuales en una calle de Barcelona bajo una pancarta en la que se puede leer 'Queremos un barrio digno'.
ACN
Dos mujeres ofrecen sus servicios sexuales en una calle de Barcelona bajo una pancarta en la que se puede leer 'Queremos un barrio digno'.

En pleno debate sobre el modelo turístico, vecinos del Raval de Barcelona denuncian su particular calvario: cada noche tienen que soportar como prostitutas de la Rambla mantienen encuentros rápidos con clientes, visitantes de Barcelona, en los portales de las casas.

Después de la presión policial y la vigilancia ejercida alrededor de la Boqueria, de la calle Robadors y de la Rambla, los servicios sexuales se ofrecen ahora a los visitantes en las fincas privadas. Sólo tienen que romper la cerradura y ya no se exponen a las miradas en la calle y a las multas.

Una serie de callejones estrechos y poco concurridos son los que han visto cómo, en las últimas semanas, sus escaleras y portales se convertían en meublés esporádicos. Son las calles Arc del Teatre, Montserrat, Lancaster y Guàrdia, justo al lado de la Rambla.

Las chicas ofrecen sus servicios a los turistas de la Rambla, pactan el precio en la calle y mantienen un rápido encuentro con los clientes extranjeros en las fincas de la zona. Esta operación se repite varias veces durante la misma noche, aseguran los vecinos.

De este fenómeno se deriva una creciente sensación de inseguridad, manifiestan quienes viven allí. Las peleas y gritos son el pan de cada día, aseguran, pero, además, los atónitos vecinos sufren ruidos de madrugada y suciedad, puesto que dejan los preservativos usados por el suelo y hacen sus necesidades en la calle.

Desde la Asociación de Vecinos y Comerciantes del Arc del Teatre i Entorns aseguran que en la próxima reunión del Consejo de Seguridad de Ciutat Vella se tratará esta cuestión, que ya hace meses que preocupa al vecindario. Lamentan que las llamadas a la Guardia Urbana no pongan freno a esta actividad.

Organización vecinal

En el número 14 de la calle Guàrdia tuvieron que cambiar la cerradura a principios de mes. Ahora lo han tenido que reponer, de nuevo, dado que cada madrugada pasaban clientes y prostitutas con lo que esto conlleva. Prevén instalar cámaras de seguridad en las zonas comunitarias de la finca para evitar este comercio sexual y han recomendado a los vecinos que cierren las puertas de los distribuidores de cada rellano por la noche.

Desde la Federació d'Associacions de Veïns de Barcelona (FAVB), Lluís Rabell hace hincapié en la Ordenanza de Civismo, que "barre los problemas bajo la alfombra" y hace que "las prostitutas estén en una situación todavía más vulnerable y sufran el acoso de la Guardia Urbana".

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