Una ruta de tapas por Granada, cosa seria, cosa rica

En muchos rincones de España, las tapas no son moda ni capricho pasajero, son tradición. Es el caso de Granada. Nada define mejor a los bares de Granada que las tapas. En la variedad está el gusto: serranitos, salaíllas con jamón y tomate, calamares, carne en salsa, boquerones en vinagre, patatas fritas o asadas, ensaladilla rusa, pinchitos morunos, frutos secos, pizza, hamburguesa, embutidos ibéricos...  En los bares granadinos se compite por ofrecer, con cada consumición, la tapa más sabrosa y abundante.

Para iniciar nuestra ruta de tapas, el barrio del Realejo, antiguo barrio judío de la ciudad. En torno al Campo del Príncipe hay terrazas y bares. La Esquinita es uno de los clásicos, especialmente si pedimos sus delicias de alcachofas salteadas con chipirones y gambas.

Alrededor de la catedral encontramos, la Gran Vía. Entre esta y la plaza Nueva están algunos de los bares más populares, en torno a la calle Elvira. Su recorrido desemboca en la plaza Nueva. A partir de aquí podemos seguir por la Carrera del Darro, paralela al cauce del río, y desembocar en el paseo del Padre Manjón, zona repleta de terrazas con vistas a la Alhambra.

En el Ayuntamiento empieza la calle Navas, una zona peatonal para tomar algo lejos del bullicio y del tráfico. Las tapas de callos, las habitas fritas con jamón, las migas con tropezones o las papas a lo pobre son algunas de las especialidades de la zona. En Los Diamantes es imprescindible probar la fritura de pescado.

Sacromonte merece una visita para degustar in situ la tortilla de Sacromonte, una receta originaria de la abadía del mismo nombre, que contiene mollejas y criadillas de cordero. Podemos también ir hasta el barrio de La Chana, una zona frecuentada por estudiantes, donde las tapas son famosas por ser abundantes y económicas.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!