El interés inagotable del arte por los misterios de la alquimia

  • La exposición 'Arte y alquimia' recorre la forma en que la protociencia hermética ha sido representada por creadores de los últimos cinco siglos.
  • Con obras de Beuys, Brueghel, Cranach, Ernst, Polke, Rembrandt, Rubens,Teniers...
  • También se exhibe el 'Splendor Solis', el códice ricamente iluminado realizado en 1582 para recopilar las claves de la cábala, la astrología y el simbolismo alquímico.
'El alquimista', óleo del siglo XVII del barroco holandés Johan Moreelse
'El alquimista', óleo del siglo XVII del barroco holandés Johan Moreelse
Robilant + Voena, London und Mailand
'El alquimista', óleo del siglo XVII del barroco holandés Johan Moreelse

Las supuestas verdades de la ciencia moderna y el convencimiento de que los hombres dominamos el mundo y las fuerzas naturales ha extendido la idea de que los alquimistas eran charlatanes con tiempo libre para experimentar con mercurio, azufre y sal, las tres partes fundamentales de toda sustancia, en busca de la panacea, el remedio que curaría todas las enfermedades y prolongaría la vida indefinidamente, y la transmutación de metales vulgares en oro y plata.

Quienes se chotean de la alquimia suelen obviar que uno de los padres de la ciencia moderna, Isaac Newton, se tomaba muy en serio la disciplina, que entendía como el estudio profundo de las leyes que rigen el equilibrio de la naturaleza. También Goethe, Tomás de Aquino y Roger Bacon dedicaron mucho tiempo y esfuerzos a un tipo de conocimiento que, pese al aparente hermetismo que lo rodea, no deja de ser un intento de poner orden y dar explicación a las leyes del mundo y la existencia y que ha sido practicado desde hace al menos 2.500 años.

'El misterio de la transformación'

La alquimia y el arte no son disciplinas distantes. Después de todo, tanto el segundo como la primera persiguen la evolución desde la ignorancia hasta la iluminación. La exposición Kunst und Alchemie - Das Geheimnis der Verwandlung (Arte y alquimia - El misterio de la transformación) parte de ese postulado para reunir 250 obras datadas entre el siglo XVI y la actualidad que constatan el interés inagotable de los artistas por los misterios de la llamada protociencia y recorren la forma en que ha sido representada por los creadores de los últimos cinco siglos.

La muestra, en el Museo Palacio de Arte de Düsseldorf (SMKP según sus siglas en alemán), abarca desde el arte barroco al contemporáneo, pasando, claro está, por el surrealismo, movimiento fascinado por las posibilidades metafísicas de la alquimia. En la exposición hay obras de, entre otros, los maestros flamencos Rembrandt van RijnJan Brueghel el Viejo, Hendrick Goltzius, David Teniers el Joven y Peter Paul Rubens; el sombrío renacentista alemán Lucas Cranach el Viejo; el surrealista  Max Ernst, y los contemporáneos Joseph Beuys, Rebecca Horn, Anish Kapoor, Yves Klein y Sigmar Polke.

'Enlace emocionante'

El recorrido por el "enlace emocionante entre el arte y la alquimia", dicen los organizadores, se inicia con la exhición del códice Splendor Solis, un manuscrito de 1532 considerado el más bello tratado sobre alquimia jamás creado. No se trata de un recetario de fórmulas, sino de una obra de difusión de la filosofía de la alquimia como idea del mundo según la cual el alquimista vive y actúa en consonancia con la naturaleza, respetando la creación divina e interfiriendo a la vez en sus procesos de desarrollo, contribuyendo mediante la alquimia a su crecimiento. El códic, que recopila las claves de la cábala, la astrología y el simbolismo alquímico, contiene 22 bellísimas pinturas de gran formato [pueden verse en esta web y en esta otra bajarse en alta resolución].

No fue sino hasta la Ilustración que la alquimia fue derrotada por la ciencia moderna tal como la entendemos y se convirtió en una mezcla de ocultismo, brujería y superstición. Kunst und Alchemie - Das Geheimnis der Verwandlung traza en ese momento la frontera de los dos grandes apartados que la componen: el primero abarca los siglos XVI y XVII y el segunda va desde el XVIII hasta el XXI.

Artistas y alquimistas, competidores

Antes de que los ilustrados situasen la razón humana en el centrodel universo, otorgándole la capacidad de combatir la ignorancia, la superstición y la tiranía y construir un mundo mejor, los artistas y los alquimistas eran competidores que reclamaban para sí la capacidad de imitar a la naturaleza y perfeccionarla. Esta rivalidad está representada en el óleo de Adriaen van Ostade de 1661 en la que un alquimista aparece en su laboratorio tras fracasar en un nuevo intento de producir oro.

Por el contrario, la exposición también incluye obras de los artistas que presentan la alquimia bajo una luz favorable, como el alquimista pintado por Teniers en 1600, donde se pueden apreciar detalles de que los talleres no eran lugares de prácticas ocultas, sino que destacaban por sus contribuciones mundanas a las industrias artesanales de la época: desde la obtención de pólvora hasta el análisis y refinamiento de minerales, pasando por la metalurgia, la producción de tinta, tintes, pinturas y cosméticos, el curtido del cuero, la fabricación de cerámica y cristal, la preparación de extractos y licores...

Los organizadores de la muestra sostienen que el psiconálisis, la ciencia de estudio del inconsciente, "trajo una nueva vida a la alquimia", que tenía similares pretensiones. De ahí que artistas modernos como los surrealistas Ernst —varias de cuyas obras tratan el tema de las bodas alquímicas del movimiento rosacruz, y Remedios Varo, española de macimiento y mexicana de adopción, que se interesó profundamente por el estudio de la alquimia.

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