John Eliot Gardiner: La música barroca toca el alma y tiene una espiritualidad que va más allá de la religión

"El problema que hay en España son los curas, que son terribles", opina el director en relación a sus pegas para los conciertos

El director John Eliot Gardiner, que este lunes se pondrá al frente de la English Baroque Soloist y el Monteverdi Choir para abrir el Festival Intenacional de Santander (FIS), cree que la música barroca, la elegida para hoy, "toca el alma" y su "espiritualidad" va "más allá" de las creencias religiosas.

"Es algo que te toca el alma seas budista, seas cristiano, seas ateo", ha afirmado John Eliot Gardiner, que cree que esa es "la gran riqueza" de piezas como las que ha elegido para abrir la 63 edición del Festival: la 'Cantata Christ lag in Todes Banden, BWV 4' de Bach; 'Dixit Dominus', de Haendel, y 'Stabat Mater', de Scarlatti.

A pesar de reconocer que la música Barroca está "inspirada" en las iglesias ha considerado una "gran alegría" que desde hace "25 o 50 años" haya comenzado a salir de ellas.

Las pegas del clero para los conciertos en iglesias

En una rueda de prensa celebrada unas horas antes del concierto, que arrancará a partir de las 20.30 horas, Sir John Eliot Gardiner se ha quejado de algunas pegas que en sus giras por España se ha encontrado por parte del clero a la hora de ofrecer conciertos en las iglesias.

Ha señalado que en algunas iglesias por las que pasó, a pesar de tener un espacio destinado al coro, no le permitieron que en sus conciertos se interpretaran las piezas desde esos lugares o se le impidió que los músicos se acercaran a la zona del altar.

A su juicio, el "problema" en España no está en que haya falta de músicos o en su calidad —los de instrumentos de viento son "fantásticos", ha dicho— sino en "los curas".

"El problema que hay en España son los curas, que son terribles", ha opinado este director que, a pesar de sus palabras, ha asegurado que no es "anticlerical".

En su opinión, el clero en España "debería saber" que la música es un "valor fantástico" que "puede juntar a la gente mucho más que las palabras".

El programa del concierto

Volviendo a la salida de la música barroca de las iglesias, el director británico ha reconocido que hay algunas piezas, como las Vísperas, que "necesitan" ser interpretadas en una iglesia para no "privar al público" de "importantes elementos musicales".

Sin embargo, considera que la música barroca no siempre pierde al salir de las iglesias y cree que una "cuestión que depende de cada pieza" individual.

A su juicio, las tres obras elegidas para hoy "cuadran perfectamente" en un auditorio como la Sala Argenta del Palacio de Festivales.

Además, ha apuntado que también depende de los músicos y del propio público el crear "con su propia imaginación" el espacio y trasladarse a él.

Sobre las piezas, Sir John Eliot Gardiner considera que es algo "fascinante" poder llevar juntas al Palacio de Festivales la cantanta de Bach y el 'Dixit Dominus' de Haendel por sus "diferentes estilos" que, según ha ejemplificado, son "dos peregrinajes" distintos.

Ha señalado que, mientras Haendel escribió su pieza desde "el Antiguo Testamento y habla de un Dios enfadado que está gobernando a sus enemigos", Bach muestra en su cantanta una "resurrección luterana", que habla del "enfrentamiento entre la vida y la muerte", entre "el bien y el mal" en unas especie de "ópera espiritual".

Además, ha explicado que, con su pieza, Haendel "reta" a los cantantes y músicos a "un tipo de virtuosidad" propia de un "atleta" en una "gran variedad de colores".

Por su parte, en la pieza de Bach considera que, aunque también es "teatral", "todo es mucho más internalizado".

A pesar de ser "muy diferentes", ha subrayado que ambas tienen un "sentimiento muy contemporáneo".

Por otra parte, ha descrito la pieza de Scarlatti elegida para el concierto de hoy como una obra "maestra" que constituye "un mosaico de muy diferentes colores", un "caleidoscopio" que si se mueve se obtienen "muy diferentes imágenes".

Además, ha opinado que fue escrita en España ya que, a su juicio, en ella se puede ver "bastante la oscuridad del catolicismo español" de esa época, de la Contrarreforma.

A modo de resumen, ha opinado que al Palacio de Festivales se llevan hoy "tres grandes genios", todos ellos nacidos en 1685.

Estas piezas serán interpretadas esta noche en la Sala Argenta por el Monteverdi Choir y la English Baroque Solois, ambas formadas por él.

El director ha señalado que la English Baroque Solois, a pesar de su nombre, no está compuesta únicamente por músicos ingleses, sino también de España, Francia, Hungría y otras partes del mundo.

WAGNER, "ANTIPÁTICO", Y

Brahms "excepcional"

Sir John Eliot Gardiner ha explicado que, en su caso, la elección del repertorio que elige para sus conciertos depende de una "afinidad" con el compositor que es "subjetiva".

Así ha mostrado su predilección por algunos, como Johannes Brahms, que por otros como Richard Wagner, un compositor que "no sabe por qué, no le gusta" e incluso le puede considerar "antipático".

"Seguramente estaré equivocado, pero bueno, este es mi gusto", ha aseverado el director del concierto inaugural del FIS de este año.

Además, ha señalado que otro como Gustav Mahler, le gusta, pero considera que está "muy interpretado" y por ello su repertorio se decanta por otros, como Brahms, un autor "excepcional" que, a su juicio, está cayendo en el olvido.

A pesar de esta elección por "afinidad" considera que su repertorio es "amplio" y "ecléctico" ya que le gusta desde la música medieval a otras más "exóticas" como la india, la árabe o la procedente de África.

Ha explicado que él, "a diferencia de otros directores de orquesta", desde niño se aproximó a la música y a los compositores desde un punto de vista cronológico, comenzando por compositores autores como Thomas Tallis, Giovanni Pierluigi da Palestrina o Claudio Monteverdi, los tres nacidos en el siglo XVI; para pasar luego a Bach, del XVII, y, posteriormente a Mozart, del XVIII.

"Yo ahora mismo lo que me gustaría es volver un poco a mis raíces", ha explicado este director de orquesta, quien ha calificado de "sensacional" la experiencia que vivió en 2004 junto al Coro Monteverdi en la gira de conciertos que realizó por iglesias del Camino de Santiago interpretando piezas del Siglo de Oro.

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