El colectivo de arquitectos holandeses Archis se dedica, sin ánimo de lucro y con la colaboración de profesionales de varios países, a desarrollar proyectos de construcción o reconstrucción en zonas sometidas a conflictos bélicos y raciales. Su filosofía es que la arquitectura, una vez superado el enfrentamiento, puede servir como remedio social para curar heridas y restablecer el equilibrio y la coexistencia pacífica entre los sectores enfrentados.

Desde hace varios años han trabajado en Belfast (Irlanda del Norte), Nicosia (Chipre), Mostar (Bosnia-Herzegovina), Mitrovica (Kosovo) y Kabul (Afganistán), donde han ayudado en procesos de planeamiento urbano o construcción de edificios comunitarios. Ahora el colectivo muestra los frutos de sus trabajos en la exposición The Good Cause: Arquitechure for Peace - Divided Cities (La buena causa: arquitectura para la paz en ciudades divididas), que se celebra entre el 17 de julio y el 19 de octubre en la Pinakothek der Moderne de Munich (Alemania).

La exposición se nutre de la documentación de los proyectos sobre el terreno de la  red de arquitectos, urbanistas y especialistas en el área de intervenciones internacionales de Archis [mapa interactivo] como respuesta posterior a los conflictos y para proporcionar apoyo en la reconstrución de ciudades como "un medio para asegurar la paz". Este proceso hacia una situación sostenible suele ser "arduo y difícil" porque incluso las estrategias de reconstrucción y de planificación urbana pueden "reavivar viejos conflictos".

La primera sección de la muestra, Arquitectura de la Paz muestra mediante planos, fotografías y vídeos como la reconstrucción es una necesidad acuciante de devolver su estado primario a las estructuras locales, trazando estudios de casos inspiradores como los jardines Bagh-e Babur de Kabul, cuyo diseño y ejecución requirió "modestia, sensibilidad al contexto social, confianza de los vecinos y atención a la continuidad del proyecto".

Para el público europeo, dicen los organizadores, las "misiones de paz" son con frecuencia vistas como "problemas remotos en lugares lejanos y fuera de nuestra vida cotidiana", pero el drama de los territorios o ciudades divididas, casi siempre a la fuerza, es un acuciante problema contemporáneo que tenemos a las puertas de nuestras casas, como bien sabemos en España por la polémica valla que aisla Melilla y la separa de Marruecos.

La segunda sección de la exposición, Ciudades divididas, se dedica a las ciudades de Europa que se han partido como consecuencia de conflictos etnonacionalistas violentos. Algunos ejemplos muestran cómo poner fin a la separación con medios no violentos. La muestra presenta la planificación y los proyectos de arquitectura desarrollados en Belfast y Nicosia, dirigidos a eliminar la brecha provocada por el conflicto o la restauración de espacios comunes para múltiples comunidades, como la Plaza de España de Mostar.

Al mismo tiempo que se exhibe The Good Cause, el colectivo Archis edita un número especial de la revista Volume, dedicado a la arquitectura para la paz [previsualización de algunos artículos, en inglés].