El 'Chino' a su hermano: "Pide a Dios para que no nos cojan vivos"

Mustafá Ahmidam y su hermano Jamal Ahmidam el Chinouno de los presuntos autores intelectuales— se veían muy poco.

Cuando Jamal se fue a Marruecos, donde estuvo preso por homicidio, Mustafá se quedó en la casa del Chino en la madrileña calle Villalobos.

Allí compartió vivienda con el procesado Abdelilah El Fadoual, "un amigo íntimo de Jamal", y con quien terminó peleado.

Cuando Jamal Ahmidam regresó de Marruecos, el testigo se fue de la calle Villalobos, donde se instaló el Chino. "Jamal se dedicaba a traficar con drogas, pero la verdad es que no le veía mucho", asegura el testigo, quien asegura que "dejó de fumar, de beber y me daba muchos consejos" después de salir de la cárcel en Marruecos.

El Chino reconoce su implicación

El Chino. (Efe)Tras los atentados del 11-M, Mustafá Ahmidam vio dos veces a su hermano Jamal. "Vino a verme a mi bar", recuerda.

Allí estuvieron hablando de la familia y viendo las noticias de los atentados, de Jamal Zougham, de Bakali: "Me dijo que eran injustos, que había muchos muertos, muchas víctimas (...), me dijo si no veía a mis hermanos morir en Irak".

"Al principio, cuando me visitó, y cuando hablamos de los atentados, el me dijo que dejara de pensar en los muchos que ha muerto aquí, y que había que pensar en la gente que había muerto en Irak, pero yo no lo tomé en serio" , ha matizado el testigo a preguntas del juez Gómez Bermudez.

En su segundo encuentro, a finales de marzo, Mustafá le preguntó a su hermano —en presencia de uno de los suicidas de Leganés, Oulad Akcha— si había participado en los atentados, y le dijo que sí: "No le creí (...) me dijo que pidiese a Dios para que no les encontrasen vivos".

A preguntas de una acusación particular el testigo ha asegurado que la última frase que pronunció el chino en la conversación que tuvo lugar en su bar fue que los autores de los atentados "habían sido los de su bario". "Yo creo que se refería al bario de Tánger (...) había cuatro personas que procedían de ese bario: los dos hermanos Oulad Akcha, mi hermano y Kounja", ha asegurado el testigo.

Sin conocimientos de electrónica ni de explosivos

El testigo ha narrado como hicieron esfuerzos económicos para sacar a El Chino de la cárcel de Marruecos; de hecho ha contado como Fadoual el Akil - uno de los procesados - y Faouzi le prestaron 10.000 euros para pagar los abogados, pero nunca supo si El Chino los llegó a devolver.

El hermano de El Chino ha asegurado que no tenía conocimiento de que su hermano supiera de explosivos o manipular tecnológicamente teléfonos móviles.

La voz de Jamal

En enero de 2005, durante una declaración en el juzgado, el testigo escuchó una cinta reivindicativa de los atentados del 11-M.

"Era la voz de mi hermano", reconoce el testigo.

"Él decía que tenía intención de irse a Iraq a luchar, pero nosotros no lo tomamos en serio (...) nunca habló de la venganza contra España [por su participación en la guerra], solo decía que quería ir a Iraq, pero nosotros no le creímos.", ha asegurado Mustafá Ahmidan.

Leganés

Mustafá Ahmidán ha narrado como el día en que su hermano se inmoló en el piso de la calle Martín Gaite de Leganés, recibió una llamada de su hermana: "Mi hermano había llamado a mi madre y le dijo que estaba rodeado por policías (...) y le pedía perdón y que se iba a ir al cielo."

El testigo ha asegurado que llamó a la policía: "Les dije que me llevase con mi hermano para hablar con él y convencerle de que se entregase"

Sigue el juicio del 11-M en el especial 20minutos.es

Mostrar comentarios

Códigos Descuento