Una multitud lincha a una mujer y a sus dos nietas por publicar blasfemias en Facebook

  • Una turba de paquistaníes atacaron siete viviendas de familias de la secta ahmadí, quemándolas y asesinando a las niñas y a su abuela, además de a un nonato.
  • La polémica Ley de la Blasfemia de Pakistán no aclara la definición de la blasfemia pero mantiene que este delito puede ser castigado con la muerte.
  • En los últimos años ha habido multitud de asesinatos por supuestas blasfemias, como hace cuatro años, cuando murieron 86 personas en un ataque.
Agentes de policía de Paquistán, en el lugar de un siniestro, en una foto de archivo.
Agentes de policía de Paquistán, en el lugar de un siniestro, en una foto de archivo.
GTRES
Agentes de policía de Paquistán, en el lugar de un siniestro, en una foto de archivo.

Una mujer de 55 años de edad y dos de sus nietas han muerto al ser incendiada su casa y otras cuatro viviendas de pakistaníes de la comunidad ahmadí por una multitud que exigía la apertura de una investigación por la publicación de supuestos contenidos blasfemos en Facebook, según ha informado el diario local Dawn.

El ataque, que ha tenido lugar este domingo en la localidad de Gujranwala, a unos 220 kilómetros al sureste de Islamabad, comenzó con un primer grupo muy numeroso de personas que ha exigido a la Policía que abriera una investigación por incumplimiento de la Ley de Blasfemia, lo que puede acarrear una condena a muerte. En ese momento, otra turba ha aprovechado la situación para dirigirse a la zona donde residen varias familias ahmadis -una secta escindida del islam que cree que hay otro profeta distinto a Mahoma- y han prendido fuego a varias casas.

Según la BBC, las fallecidas son una mujer de 55 años llamada Bashiran, una niña de siete años llamada Hira y otra menor identificada como Kainat. En el incendio también ha perecido un bebé que no había llegado a nacer y han resultado heridas otras siete personas.

Un alto mando policial local ha explicado que los altercados comenzaron cuando una joven ahmadi publicó un contenido en la red social Facebook que muchos musulmanes han considerado que supone una blasfemia. Tras la difusión de ese contenido, una multitud de pakistaníes decidió echarse a la calle para protestar y comenzó a atacar viviendas de ciudadanos ahmadis.

Varios testigos y agentes de la Policía han relatado que entre siete y ocho casas de familias ahmadi han sido atacadas y que la mayoría de sus miembros han logrado huir. Miembros de la comunidad ahmadi han sido arrestados en ocasiones por prácticas como leer el Corán, el libro sagrado musulmán, celebrar festividades religiosas o por tener anillos de casados. Hace cuatro años, 86 miembros de esta comunidad murieron víctimas de dos ataques en Lahore.

Peligrosa Ley de la Blasfemia

La polémica Ley de la Blasfemia no aclara la definición de la blasfemia pero mantiene que este delito puede ser castigado con la pena de muerte. Cualquier persona puede presentar una denuncia por incumplimiento de la Ley de Blasfemia si cree que sus creencias religiosas han sido violentadas.

Los acusados son en muchas ocasiones linchados e incluso sus abogados y los jueces han sido atacados. Los grupos defensores de los Derechos Humanos han alertado de que esta ley está siendo utilizada como pretexto para quitar propiedades o dinero.

Dos políticos pakistaníes que en su día defendieron reformar la Ley de Blasfemia fueron asesinados, uno de ellos por su propio guardaespaldas. Varios abogados recibieron a ese asesino con pétalos de rosas cuando entró al tribunal para ser juzgado por matar a su compañero de oficio.

Según un estudio elaborado en 2012 por el 'think tank' Centro de Estudios de Seguridad e Investigación, el número de acusaciones por blasfemia está aumentando desde hace una década, pasando de una sola denuncia en 2001 a 80 en 2011.

En mayo de este año, 68 abogados fueron acusados de blasfemia por utilizar el nombre 'Umar' en las pancartas de una manifestación contra un mando policial llamado así. Ese mismo mes, el activista de Derechos Humanos Rashid Rehman, que defendía a un profesor universitario acusado de blasfemia, fue asesinado a tiros tras recibir en un tribunal amenazas de varios compañeros.

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