Son muchos los que, en mayor o menor medida –tamaño, condiciones y precio– disfrutan en verano de una segunda residencia. A la hora de decorarla, en el blog de Fotocasa recomiendan que tenga una imagen distinta a la vivienda principal y que esta varíe en función de su emplazamiento.

El calor del verano cambia mucho la percepción que tenemos de una vivienda; así que conviene dar una vuelta a la decoración de la casa, aunque sólo sea para estos días de vacaciones. Se trata de lograr una sensación mucho más agradable, al tiempo que ahorramos luz al aprovechar al máximo la iluminación natural.

Luz y color

Para crear esa atmósfera tranquila y relajante es imprescindible maximizar la luz de sol. Cuando llega la noche, los candelabros o guirnaldas de luces complementan las clásicas luminarias de techo para iluminar el espacio y le dan un toque mágico.

Hay que prestar especial atención al entorno y adaptar los tonos de las paredes y el mobiliario al ambiente. Por lo general, se debe apostar por colores claros y frescos, que potencien la luminosidad, como el blanco, los tonos piedra o incluso el color marfil que, además, resultan perfectos para aportar esa sensación de frescor tan buscada en verano.

El mobiliario: qué y dónde

Hay que buscar soluciones prácticas y sencillas, pero también decorativas, que resulten de fácil limpieza y poco mantenimiento. Al ser un lugar donde se pasa relativamente poco tiempo, no hace falta mucho más mobiliario del imprescindible.

En cuanto a las estancias, la sala de estar y las zonas exteriores cobran especial importancia en las segundas residencias. No pueden faltar cómodos sofás o sillones y una mesa espaciosa para las eternas sobremesas, siempre siguiendo el estilo decorativo predominante en toda la casa.

El estilo y los complementos

El estilo adoptado depende, en gran parte, del entorno. En una vivienda en la montaña o en el campo, los muebles y complementos de madera son los protagonistas indiscutibles. Piezas decorativas antiguas y estampados florales aportan naturaleza y frescor. En cuanto a los materiales, la piedra y la forja.

En cambio, en la playa, optaremos por un estilo decorativo tranquilo y relajado, en el que predominan los blancos y azules, combinados con amarillos y otros tonos pastel. Siempre que se pueda, hay que colocar el mobiliario de cara al mar. La porcelana o el mármol, pueden ser los materiales más usados en ambientes de playa.