La Mesa del Congreso (su órgano de Gobierno) ha aprobado recientemente los pliegos administrativos y técnicos para poder adjudicar el contrato "del servicio de Agencia de Viajes de las Cortes Generales y del Congreso de los Diputados", que según fuentes de la Cámara Baja gestiona los viajes oficiales al extranjero de sus señorías, las delegaciones oficiales. Estos viajes oficiales no solo son realizados por los diputados, sino también por las delegaciones conjuntas que los parlamentarios forman con senadores. El contrato es por dos años, 2015 y 2016, prorrogable a otros dos años más. El presupuesto de licitación, "a efectos meramente indicativos", matiza el Congreso, es de 3,3 millones (IVA excluido) para los dos próximos años. Si el contrato se ampliara para 2017 y 2018, el coste total ascendería a 7,7 millones de euros. El límite de presentación de ofertas es el 1 de agosto de 2014, pero este viernes 25 de julio el BOE publica que la adjudicación se ha suspendido temporalmente hasta que se resuelva un recurso presentado.

Este presupuesto es el gasto máximo para la actividad internacional de los diputados, ya que los pliegos dejan claro que no "es equivalente al gasto final que efectivamente se realice, que dependerá de las concretas necesidades a lo largo de cada año". Es decir, que se puede gastar menos de lo estipulado, aunque también se puede gastar más. Se deja abierta la posibilidad de modificar el contrato, "con la consiguiente afectación del precio". Dicha modificación "se dará cuando por razones de interés público, derivadas de las exigencias de la actividad internacional, se amplíe para un ejercicio el gasto máximo para este contrato". Esa ampliación es de un 20% como máximo.

El anterior contrato data de septiembre de 2010, para cubrir los años 2011, 2012. Fue prorrogado para 2013 y 2014. Lo presupuestado era gastar en estos cuatro años 10,7 millones de euros, tres millones menos que lo licitado para los próximos cuatros años (2015-2018) ¿Cuánto se ha gastado realmente el Congreso? No hay información al respecto y la Cámara baja, a requerimiento de 20minutos, no ha querido ofrecer esos datos. En lo que llevamos de legislatura los diputados han realizado 29 viajes oficiales al extranjero, y las comisiones parlamentarias más de 90. No fue hasta diciembre de 2012 cuando el Congreso decidió hacer públicos en su web los detalles de los viajes de los parlamentarios que participan en delegaciones internacionales. Bajo el epígrafe Actividad Internacional se informa del destino, las fechas, el motivo del viaje y quienes lo van a realizar. De coste del viaje, ni rastro. Los diputados vuelan siempre en clase preferente, salvo que la compañía aérea no disponga de ella. Si viajan en tren, lo hacen en clase Club o similar.

Con los datos oficiales en la mano, las delegaciones del Congreso y las Cortes (diputados y senadores) han gastado 10,7 millones en los últimos cuatro años y prevén gastar otros 7,7 millones en los próximos cuatro. Se desconoce el coste real, aunque sí los criterios para su realización. Las Cortes Generales se hacen cargo exclusivamente de los gastos de alojamiento y desayuno, mientras que las comidas y cenas están cubiertas con las dietas que perciben los parlamentarios (150 euros por día). En los viajes cuyo traslado sea inferior a las tres horas de duración (la mayoría de los países de Europa), el desplazamiento se iniciará a ser posible por la mañana. Lo mismo ocurrirá con los viajes de regreso, siempre que las reuniones terminen antes de las cuatro de la tarde para intentar no hacer noche en el destino. En todos los viajes que duren más de tres horas, el desplazamiento se realizará siempre el día anterior a la reunión oficial.

La mayoría de los viajes se realizan a Bruselas y Estrasburgo, sedes de las instituciones comunitarias europeas, y a la capital de turno del país que ocupe la Presidencia de la Unión Europa cada semestre, aunque también hay destinos más exótico como Río de Janeiro, Laos, Yibuti, Corea del Sur o Uganda. Además de los viajes oficiales al extranjero, sus señorías también realizan viajes nacionales derivados de las funciones de su cargo. El régimen económico de los diputados, de acceso público, señala que el Congreso cubre los gastos de transporte en medio público (avión, tren, automóvil o barco) de los diputados. Se trata de un reembolso, es decir, no se facilita una cantidad fija mensual al parlamentario, sino que se le abona directamente el coste del billete que use. Si los diputados utiliza su propio automóvil, se abona 0,25 euros por kilómetro.

En 2012, eldiario.es publicó que sus señorías se habían gastado en 2011 unos 5,4 millones en transporte, 15.540 euros de media por cada diputado. Y que en 2012 estaba previsto gastar 6,7 millones más. Estas cantidades no incluyen los gastos de delegaciones oficiales al extranjero que salen a concurso. Este diario ha intentado, sin éxito, conocer cuánto se ha gastado realmente el Congreso en 2012 y 2013 en el apartado transporte. El kilometraje es un presupuesto aparte: otros 600.000 euros al año. Desde mayo de 2006, el Congreso facilita a cada diputado que no dispone de vehículo oficial una tarjeta personalizada para coger taxis "en la ciudad de Madrid". El límite anual es de 3.000 euros.

En julio, el Congreso también ha convocado un concurso para adjudicar el contrato de los servicios de telefonía móvil, fija y otras comunicaciones de la Cámara, que incluye la renovación de los móviles que utilizan los diputados, así como las líneas de ADSL de las que disponen en sus domicilios. El coste, 1,4 millones hasta el año 2016.