Malta: lugares imprescindibles para visitar esta 'perla' mediterránea en 3 días

Ubicada en un lugar otrora estratégico del Mediterráneo, Malta encierra un tesoro de naturaleza y cultura al alcance de cualquiera. Sus playas y calas son perfectas para aquellos que busquen relajarse bajo el sol, mientras que sus templos, ciudades amuralladas y acantilados harán perder la noción del tiempo a aquel que los visite.

He aquí un recorrido y algunos consejos para moverse por los lugares que uno no debe perderse de este archipiélago histórico si tan solo dispone de tres días para disfrutarlo:

Aunque existe una red de autobuses públicos que recorren Malta, para un viaje en grupo o en familia quizá resulte más práctico moverse en un vehículo alquilado (teniendo en cuenta que se conduce 'a la inglesa', por la derecha) que se puede contratar en el mismo aeropuerto.

La Valeta. La capital de Malta, Patrimonio Mundial de la UNESCO, es uno de los imprescindibles. Sus callejuelas empinadas y con encanto se pueden recorrer a pie perfectamente en una mañana. Los amantes de la historia del arte tienen una cita indiscutible en la Concatedral de San Juan, en cuyo interior se halla la famosa obra de Caravaggio La decapitación de San Juan Bautista.

Las 'tres ciudades'. Desde los Jardines Altos de Barrakka, en La Valeta, se pueden contemplar tres poblaciones que destacan por sus murallas: son Cospicua, Senglea y Vittoriosa. Esta última, conocida originalmente con el nombre de Birgu, todavía conserva la belleza en sus iglesias, paseos y callejuelas empedradas pese a haber sido duramente bombardeada durante la II Guerra Mundial. A la hora de hacer un alto en el camino, merece la pena pasarse por Il Forn, una vinoteca cuyas paredes rebosan de pinturas alegres y coloristas que el dueño del local, un artista austríaco afincado en Malta, tiene a la venta. Otra opción para cenar es la enoteca Del Borgo, un local elegante y tranquilo donde el vino es el protagonista.

Gozo. Desde el puerto de Cirkewwa parten todos los ferrys en dirección a Gozo, la segunda isla más grande de Malta y la más fértil, ya que el 80% de los productos agrícolas que se generan en este país provienen de allí. El precio por persona es de 4.65 euros (ida y vuelta), y aunque hay un ferry cada 45 minutos es preferible cogerlo a primera hora de la mañana si no se quiere estar haciendo colas de hasta dos horas para poder viajar Gozo en un trayecto que dura aproximadamente unos 20 minutos. Aquellos que hayan alquilado un coche también pueden llevárselo a Gozo para recorrer esta diminuta isla con más comodidad ya que los ferrys están adaptados para vehículos.

Una vez en Gozo, es obligada la visita a Rabat o Victoria, y especialmente su ciudadela, desde la que se pueden contemplar impresionantes vistas de la isla. En cualquiera de los bares que rodean la plaza principal de Victoria, llamada It-Tokk, se puede degustar un plato típico, el pastizzi, una especie de empanadilla local rellena de un delicioso queso ricota o bien de guisantes.

Otra visita imprescindible en Gozo es Dwejra, el lugar donde se encuentra la denominada Ventana Azul, un imponente arco de roca tallado por el viento y el mar de 20 metros de altura. Una vez allí es recomendable ver el llamado Mar Interior, una especie de laguna que está conectada con el mar a través de una estrecha cueva entre los acantilados. Cuenta con un embarcadero desde donde se hacen rutas turísticas en barcas por la zona y se puede divisar la Ventana Azul desde una perspectiva diferente y menos atosigada de curiosos y visitantes.

Mdina y Rabat. De vuelta a la isla de Malta, las vecinas ciudades de Mdina y Rabat completan una visita de 10 por el país. Son dos lugares legendarios de Malta donde se mezcla la arquitectura medieval y barroca que hay que recorrer a pie para descubrir sus encantos. La famosa Puerta de Mdina es la entrada a esta ciudad perfectamente amurallada compuesta por un entramado de callejuelas y hermosos palacios.

La herencia religiosa cristiana de Rabat hace que esta otra ciudad sea rica en conventos, monasterios e iglesias. La Casa Romana Domus, las Catacumbas y la Gruta de San Pablo (se cree que aquí vivió el apóstol tras un naufragio) son los tres exponentes de este municipio maltés.

Blue Grotto. Para aquellos que disfruten de las aguas turquesas, grutas y acantilados vale la pena admirar Blue Grotto, una formación rocosa natural que como su nombre indica, forma una gruta bañada por un intenso mar azul.

Comino. Sería el lugar perfecto para aquellos que dispongan de más de tres días para visitar esta perla del Mediterráneo. Desde el mismo puerto de donde parten los ferrys para Gozo también los hay que se dirigen a Comino, la más pequeña de las tres islas principales de Malta. Es un sitio perfecto para desconectar: por sus 3,5 kilómetros cuadrados no pasan coches ni existen zonas urbanas (tan sólo hay un hotel que está abierto en temporada alta). La Laguna Azul es el emblema de esta diminuta isla: un lugar de arena blanca y aguas cristalinas perfecto para darse un baño o hacer snorkel, windsurf o submarinismo.

Marsaxlokk. Un pequeño y pintoresco pueblito marinero al sureste de la isla de Malta, gustará a todos los que busquen tranquilidad lejos de las zonas más turísticas. Destaca por sus aguas tranquilas pobladas de barcas de llamativos colores.

Cómo llegar. Vueling ofrece vuelos directos desde Barcelona durante todo el año. En julio, agosto y septiembre es posible viajar directamente también desde Madrid, mientras que desde Sevilla también se puede volar directo tanto en julio como en agosto.

Más información. Visitmalta.com