Extremadura anunció la apertura de comedores escolares durante el verano para paliar la difícil situación de los menores más vulnerables de la región. El curso escolar terminó el 20 de junio. Y a día de hoy, todavía no se ha servido ni un solo menú de verano. "Retrasos en el cierre del acuerdo con las entidades del tercer sector" que coordinarán estos espacios han motivado la demora, explican en la Junta de Extremadura. Finalmente, las primeras comidas del verano se servirán este lunes 21 de julio.

Retrasos, falta de información pública y trabas burocráticas varias están torpedeando los planes de las cuatro Comunidades Autónomas que, atendiendo a la demanda de la defensora del pueblo, Soledad Becerril, han ordenado abrir comedores escolares para que los niños que habitan bajo el umbral de la pobreza o en riesgo de exclusión social no se vean privados de una alimentación adecuada en verano.

En conjunto, las cuatro autonomías suman 27.500 menús de lunes a viernes (Andalucía, 20.000; Canarias, 6.000; Extremadura, 1.200 y Aragón, 301). A estas comidas hay que sumar las que ofertan algunos municipios de Comunidades Autónomas que, como Cataluña, Murcia o Madrid, no han dado la orden de abrir comedores. Aun así, resultan pocas raciones para atender a los 2.320.342 niños que, según la Unión Europea, sufren riesgo de pobreza o exclusión social en España.

Canarias presume de ser la Comunidad pionera en prestar el servicio de comedor estival. Fuentes de la consejería de Servicios Sociales explican que entre julio y agosto se dará comida a 6.000 menores de lunes a viernes. Son las plazas que se ofertaron, aunque especifican que están dispuestos a ampliar la oferta para lograr que ningún niño se quede sin comer. "Durante el curso tenemos 11.000 niños con cuota cero de comedor, pero en verano las situaciones cambian para las familias y pensamos que 6.000 plazas absorverán la demanda", aseguran. Este año, los menores que acuden al servicio de comedor reciben además clases de inglés y de educación física. El programa está financiado íntegramente por la Comunidad, que destina millón y medio de euros.

En Andalucía también se ha puesto en marcha comedores escolares en un millar de localizaciones. Entre todos atienden a 20.000 comensales diarios. Algunos de ellos asisten además a las 55 escuelas de verano que mantiene abiertas la Junta en la región. Este año se ha reforzado la subvención a las entidades locales y del tercer sector que colaboran con la Junta en la atención a los menores.

Por su parte, el Gobierno de Aragón había preparado siete colegios en las tres capitales de provincia (5 en Zaragoza, 1 en Huesca y 1 en Teruel) y esperaba unos 3.000 niños. Solo podían acceder los que hubieran obtenido beca de comedor durante el curso, con límites de renta, etc. Hubo muchos problemas porque se hizo de manera apresurada: se dieron tres días de plazo para apuntarse, con las clases ya terminadas y la única publicidad de los medios de comunicación. La DGA, ante las quejas, tuvo que ampliar el plazo, pero ni aún así se llegó a lo que se esperaba. Al final ha habido algo más de 440 solicitudes, y la DGA ha aceptado 301.

La Comunidad de Extremadura prefiere llamar a los comedores "espacios educativos saludables". Además de un almuerzo diario, estos espacios ofrecerán actividades lúdicas para menores vulnerables, con objeto "de que puedan disfrutar del verano como el resto de las familias", aseguran en la Junta. Pero su apertura se ha retrasado un mes, lo que ha costado duras críticas al Gobierno por parte de la oposición. "Hasta que no se ha cerrado el acuerdo con las entidades no se puede aprobar en Consejo de Gobierno", explican. A partir del lunes serán 1.200 menores extremeños los que asistan a estos espacios saludables, que se abrirán en municipios de más de 5.000 habitantes y coordinará la Cruz Roja.

En el grupo de las Comunidades Autónomas que no han escuchado la petición de la Defensora del Pueblo, que son la mayoría, están todas las del corredor del Cantábrico (Galicia, Cantabria y Asturias) que apuestan por un modelo "menos estigmatizador" centrado en el refuerzo de las partidas presupuestarias para la atención directa de las familias en problemas de exclusión social. Es el caso de Asturias, que plantea ayudas de emergencia para 1.100 niños en la provincia, o Galicia, que también se sitúa su acción social en marco de la ayuda directa a las familias.

La Rioja, Navarra y el País Vasco tampoco abren comedores escolares este verano. El presidente de La Rioja, Pedro Sanz, aseguró a los medios de comunicación que no era partidario de abrir comedores escolares en verano por creer que "no están para esa tarea" y es "inviable", aunque insistió en que ningún niño ni familia en situaciones de pobreza se quedaría sin alimento. Castilla y León, por su parte, ha preferido también la opción de dotar de más presupuesto a planes específicos para infancia, a través de la red de apoyo a las familias que gestionarán los municipios.

En la Comunidad de Madrid, su presidente Ignacio González, dijo en sede parlamentaria que "Gracias a Dios, no hay ningún problema de desnutrición" en la región. Sin embargo, el propio Ministerio de Sanidad reconoce que en la región habría 240.574 menores en riesgo de pobreza y exclusión social. González añadió que no era partidario de abrir los comedores. Sin embargo, ha dado vía libre a los Ayuntamientos para decidir si quieren abrirlos. Según sus cuentas, 28.000 menores madrileños acuden a comedores organizados por sus municipios. Murcia, Baleares o Castilla La Mancha siguen esta estela. En Mazarrón (Murcia), han empezado a mediados de julio a servir ochenta menús diarios para escolares. Cataluña formalmente apuesta por la ayuda directa a las familias "para que también puedan alimentarse en fin de semana", explican, pero la Generalitat ha autorizado, por vez primera, la apertura de colegios para actividades lúdicas y comedores con 2.000 plazas.

La Comunidad Valenciana sigue idéntico modelo. Como tal no ha ordenado la apertura de comedores escolares, pero ha facilitado subvenciones a cargo de Bienestar Social para que unos 70 municipios puedan abrir "escuelas de verano" que "incluyen la atención de necesidades básicas de alimentación". La previsión era atender a unos 4.000 menores de edades entre 3 y 16 años en los meses de julio y agosto.

En el caso de Madrid capital, la alcaldesa Ana Botella anunció un novedoso servicio de "comidas a domicilio" para las familias con más necesidadas, pero su iniciativa se demora por las dificultades logísticas de su implantación a través de la red de servicios sociales. Según informa la Cadena Ser, los empleados municipales ven muy difícil que  el reparto pueda iniciarse antes del mes de agosto.