Un tribunal de Bucarest sentenció a cuatro de los responsables del robo de siete cuadros del museo Kunsthal de Rotterdam en 2012 a pagar 18,1 millones de euros de compensación al museo, mientras las obras siguen en paradero desconocido.

Esa cantidad corresponde al valor que la Fiscalía rumana atribuye a las piezas robadas, aunque expertos en arte estiman que el precio conjunto de los cuadros podría ser de hasta 100 millones de euros.

En el mismo fallo se condena a tres de los implicados a penas de entre seis años y ocho meses y dos años de prisión.

Los cabecillas del robo, Radu Dogaru y Eugen Darie, ya fueron condenados el pasado febrero a seis años y cinco años y cuatro meses de cárcel respectivamente.

Los condenados perpetraron el denominado "robo del siglo" el 16 de octubre de 2012, cuando en menos de tres minutos, lograron sacar del museo obras maestras como Cabeza de Arlequín, de Picasso; La Lectora en Blanco y Negro, de Matisse; y El Puente Waterloo de Londres, de Monet.

Durante la investigación, Olga Dogaru, la madre de Radu, declaró que había quemado los lienzos para proteger a su hijo haciendo desaparecer las pruebas del robo, aunque luego se retractó.

Un peritaje detectó restos de tres o cuatro cuadros entre las cenizas halladas en la estufa de Dogaru, aunque no pudo precisar que sean de las obras desaparecidas.

Su hijo aseguró luego que los cuadros estaban en posesión de un amigo ucraniano en paradero desconocido.