Alemania y Estados Unidos, dos poderosos aliados en crisis por el 'fuego amigo' del espionaje

  • Alemania y EE UU sufren un momento crítico en sus relaciones diplomáticas con la reactivación de las sospechas de espionaje.
  • Tras la detención de un presunto doble agente que filtró información a Washington hace unja semana, ésta se ha expulsado al jefe de la CIA en la embajada de Berlín.
  • Desde Alemania esperan ahora "refundar" las relaciones bilaterales.
  • Washington es para Berlín el aliado transatlántico por antonomasia.
Merkel y Obama, durante la reunión del G-7 el Bruselas el pasado mes de junio.
Merkel y Obama, durante la reunión del G-7 el Bruselas el pasado mes de junio.
GTRES
Merkel y Obama, durante la reunión del G-7 el Bruselas el pasado mes de junio.

El gobierno alemán ha hecho equilibrios entre la necesidad de dar una respuesta contundente al reincidente "fuego amigo" del espionaje de EE UU y la evidencia de que no puede dejar de contar con su aliado más poderoso e incluso insustituible en el contexto internacional.

Un día después de "pedir" al jefe de la CIA en la embajada de Berlín que abandone el país, ante los reiterados casos de espionaje a puntos muy sensibles de la política alemana, el Gobierno de Berlín optó este viernes por aplicar la palabra "refundación" a las relaciones bilaterales.

Hay que "dar nueva vida" a esas relaciones, sobre "fundamentos sinceros", afirmó el ministro de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, para quien el paso dado con el representante de la CIA fue "correcto" y "hasta necesario".

Alianza en horas bajas y sospechas

"Queremos cuidar un intercambio de pareceres abierto", añadió, para recordar a continuación que el contexto de conflictos en todo el mundo (como Irán, Ucrania, Oriente Medio y Afganistán) hace más necesario que nunca mantener la estrecha alianza con EEUU.

Washington es para Berlín el aliado transatlántico por antonomasia, desde la posguerra, la Guerra Fría y la reunificación nacional precipitada por la caída del Muro de Berlín. Hoy por hoy no hay una "alternativa" (en palabras de Steinmeier) a esa situación.

La detención, la semana pasada, de un presunto doble agente que filtró información a Washington de la comisión parlamentaria que investiga las actividades de la NSA fue un golpe a los intentos de calmar las aguas en el escándalo persistente del espionaje masivo de EEUU.

A la detención, siguieron el miércoles los registros en el ministerio de Defensa por sospechas de que otro infiltrado transfería información sensible a Washington.

Desde el Gobierno de Angela Merkel se trató de minimizar los efectos de esos dos casos y el ministro de Interior, Thomas de Maizière, tachó de "ridiculez" la información que se podía haber adquirido con esos métodos.

En paralelo se buscaron soluciones rápidas a la situación creada y, rehuyendo una confrontación total con Washington, se optó por pedir al enviado de la CIA que dejara el país.

El portavoz del Gobierno, Steffen Seibert, aseguraba este viernes que no se plantea "replantear" las negociaciones del Tratado de Libre Comercio entre EE UU y la UE, por mucho que la problemática del espionaje entre aliados preocupe lo suyo a la industria.

El jefe de la CIA y el espionaje

Sobre el asunto del jefe de la CIA en la embajada de EE UU, el portavoz Seibert aseguró no se trata de una "expulsión", aunque en el ámbito diplomático se "da por sobreentendido" que a una "petición" de este tipo debe seguirle el abandono del país "en un breve espacio de tiempo" del aludido.

El portavoz de Merkel desestimó explicar en qué margen temporal iba a producirse tal relevo, cómo se resolverá la vacante o cómo será su salida efectiva del país, con el argumento de que esos pasos corresponden a EE UU.

Sí insistió Seibert, en cambio, en que tanto por parte de Berlín como de Washington hay una voluntad compartida de no "restringir" o dejar bajo mínimos la cooperación entre los respectivos espionajes.

El portavoz salió al paso así unas informaciones del diario sensacionalista Bild, según las cuales Alemania pretendía limitar a lo imprescindible la colaboración con la inteligencia de EE UU.

"No existen tales instrucciones", zanjó Seibert, aunque añadió que no le correspondía a él dar informaciones sobre el "trabajo operativo" del espionaje alemán.

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