Villaconejos, Chinchón y otras sorpresas de la comarca madrileña de Las Vegas

  • Villaconejos tiene el Museo del Melón y en torno al 12 de octubre celebra también durante cuatro días la Fiesta del Melón.
  • La Plaza Mayor de Chinchón y sus 243 balconadas de madera es monumental.
  • De la importancia del agua habla el Museo de la Molinería, en Morata de Tajuña.
La Plaza Mayor de Chinchón es de origen medieval.
La Plaza Mayor de Chinchón es de origen medieval.
FLICKR/b. roveran
La Plaza Mayor de Chinchón es de origen medieval.

En torno al 12 de octubre, Villaconejos celebra la Fiesta del Melón, que recuerda los tiempos en los que los campesinos regresaban por esta fecha a casa tras pasar fuera todo el verano cultivando melones. Son cuatro días con pasacalles, música, actividades para niños y una degustación popular.

Y es que Villaconejos es la capital del melón en nuestro país y tiene su museo. En el Museo del Melón se exponen curiosas fotos y objetos relacionados con el cultivo de esta fruta. Tiene también interés la iglesia barroca de San Nicolás de Bari, construida entre los siglos XVI y XVII.

Aunque los buenos melones nacen en Villaconejos, no muy lejos, en Chinchón, hay más que ver. De entrada, el espectáculo de la Plaza Mayor, que empezó a tomar forma en el siglo XV y adquirió su aspecto actual en 1683. La plaza la componen 243 claros, nombre que reciben las balconadas de madera de las casas que la rodean.

También en la Plaza Mayor de Chinchón hay que ver los mesones que abren las puertas en sus soportales, y el callejeo depara sorpresas como la torre del Reloj, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, el coqueto Teatro Lope de Vega, el monasterio de las Clarisas o el Parador de Turismo, habilitado en el antiguo convento de los agustinos. En las afueras se levantan los restos de un poderoso castillo del siglo XV, con foso y puente levadizo.

La tradición agrícola, el paso de las estaciones y sus afanes siguen marcando el ritmo en esta comarca madrileña de Las Vegas, regada por los ríos Tajo, Jarama y Tajuña. La ribera del Tajuña alimenta huertas, árboles frutales, bosques de ribera, olivares, viñedos y campos de cereales. Una Vía Verde transcurre paralela por un antiguo recorrido de un tren de vía estrecha.

De la importancia del agua en esta zona habla el Museo de la Molinería, en Morata de Tajuña. El museo conserva la maquinaria de un antiguo molino harinero.

El curso del Tajuña nos lleva hasta Carabaña. Afamada por sus aguas, esta localidad conserva con orgullo viejas instalaciones industriales de embotellado y la estructura de una antigua central eléctrica reconvertida hoy en día en restaurante. Su balneario del siglo XIX ha sido recientemente acondicionado también como hotel.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!

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