España ha firmado este lunes un convenio bilateral con Rusia para regular la adopción de niños rusos por parte de españoles. Las adopciones se realizarán "según los requisitos legales rusos", que impiden adoptar a los homosexuales y a familias monoparentales. El acuerdo servirá para desbloquear la situación de 600 familias, 160 de las cuales ya tenían un niño asignado.

Jesús y David adoptaron a Gabriel hace 10 años. Roberto y Olga disfrutan de Iván hace tan solo un mes y medio.

Jesús, secretario de Galehi (Asociación de gais y lesbianas con hijos), considera "lamentable" la postura de España. "Se están imponiendo las leyes rusas en perjuicio de los españoles, a quienes se les está discriminando por su orientación sexual. Están trasladando sus leyes internas a nuestro país y eso no puede ser", afirma.

"Es un chantaje emocional por parte de Rusia. Las personas que lo consigan estarán muy contentas, y me alegro mucho por ellos, pero no se puede pasar por encima de los derechos. Si empiezas a ceder, lo siguiente será más fácil. El Gobierno de España ha demostrado una posición de debilidad y que no considera a los LGBT (Lesbianas, gais, bisexuales y transexuales) ciudadanos de pleno derecho", comenta Jesús, quien adoptó en Rusia a Gabriel hace diez años, cuando solo tenía dos.

Su caso explica por qué en el convenio bilateral se han incluido a las familias monoparentales: "Los homosexuales nunca hemos podido adoptar en Rusia porque no entra en la mente de los jueces, que son quienes deciden. La única opción que tuve fue la adopción monoparental y cuando ya estuve aquí, y se aprobó el matrimonio homosexual, casarme con David y que él se uniera a la adopción".

"Siempre hay otras posibilidades, pero al final, solo los ricos podrán adoptar. Es lo que parece que quiere el Gobierno porque ahora o te buscas otro país o la subrogación gestacional, que no está permitida en España y es muy cara", lamenta Jesús.

Desde Galehi y la Plataforma Estatal de Organizaciones de Familias LGBT van a promover un escrito de queja dirigido al Gobierno español.

La convivencia de Olga y Roberto con Iván es más reciente. "Está con nosotros desde hace menos de un mes y medio. En mayo tuvimos el juicio y en junio nos lo trajimos a España. Nuestro caso de adopción y nuestra relación con Rusia ha sido fantástica, a pesar de sufrir muchos altibajos. Por lo que yo he vivido, los rusos se portaron de manera muy amable y estaban muy contentos de que el niño viniera a España. Somos un país que les da confianza", dice un orgulloso padre de un niño de 26 meses.

Esta pareja ha sido una de las 600 afectadas por el ralentizamiento de las adopciones en Rusia que se ha producido en el último año, hasta que se firmara el convenio.

"Los que deciden son los jueces y nos dieron un certificado con el que, a pesar de que el convenio no estaba firmado, nuestro proceso, que  estaba ya en marcha, podía seguir adelante. Tuvimos mucha suerte. Lo que lamento es que se haya tardado en firmar tanto porque las familias lo viven con mucha agonía", comenta Roberto.

Sin embargo, no le ha sorprendio la firma del acuerdo porque "desde hace año y medio se venía rumoreando. No entiendo que las leyes rusas queden por encima de las españolas, pero el que quiera adoptar, tiene que acatar la legislación del país donde adopta. No te queda otra. Hay que respetar las normas".