Canarias tiene buen tiempo, paisajes espectaculares y una gran diversidad biológica en sus islas, pero no es nada de esto lo que hace que grandes estudios de cine la hayan escogido como escenario de sus películas en estos últimos cinco años.

Superproducciones de Hollywood como Furia de Titanes, A todo gas 6, Exodus (la película dirigida por Ridley Scott en la que Christian Bale encarna a Moisés) y más recientemente In the Heart of the Sea (de Ron Howard, protagonizada por Chris Hemsworth), han rodado en las islas afortunadas.

No faltan producciones patrias como Los abrazos rotos, Las ovejas nunca pierden el tren, y la mini serie Palmeras en la nieve, adaptación del bestseller de Luz  Gabás, con Mario Casas y Adriana Ugarte.

En estos momentos Tenerife y Gran Canaria alojan dos grandes producciones: Ma ma, de Julio Medem y protagonizada por Penélope Cruz y Luis Tosar y Wild Oats, con Shirley MacLaine, Jessica Lange y Demi Moore.

La Tenerife Film Commission y la Gran Canaria Film Commission estiman que los rodajes que albergaron en 2013 dejaron 3,2 millones euros en recursos.

Sumado a los 12 millones que Exodus e In the Heart of the Sea dejaron en Fuerteventura, La Gomera y Lanzarote, los beneficios asociados a rodajes fueron de 15 millones de euros solo el pasado año.

Al margen de las bondades de la tierra, Canarias cuenta con un amplio abanico de atractivas ventajas fiscales para la industria del cine.

Hasta ahora, en las islas afortunadas la desgravación en el Impuesto de Sociedades supone un 38%, frente al 18% que impera en el resto de España. Además Canarias también cuenta con la Reserva para Inversiones (RIC) en proyectos audiovisuales y permite que las empresas cinematográficas puedan acogerse al área de baja tributación de la Zona Especial Canaria (ZEC).

Ademas, recientemente se ha sumado otra ventaja más: los gastos de copias y promoción de la productora que hasta ahora no desgravaban, podrán hacerlo hasta un máximo del 40% del coste de la producción.

No es extraño que, en comparación, el ínfimo aumento de dos puntos del porcentaje de desgravaciones fiscales (del 18% al 20% en el primer millón) anunciado por Montoro haya causado tanta decepción entre los profesionales del celuloide.