El ejercicio físico es clave para que la mujer vuelva a su trabajo tras superar un cáncer de mama

  • Casi la mitad de trabajadoras afectadas por un cáncer de mama no vuelve a su labor tras diagnosticarse la enfermedad.
  • La rehabilitación puede propiciar el retorno a la vida laboral de estas mujeres.
  • Aún hoy, algunos médicos prescriben reposo a los pacientes de cáncer.
Una mujer con una pañoleta rosa, color representativo de la lucha contra el cáncer de mama.
Una mujer con una pañoleta rosa, color representativo de la lucha contra el cáncer de mama.
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Una mujer con una pañoleta rosa, color representativo de la lucha contra el cáncer de mama.

Según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) el cáncer de mama es uno de los tumores más frecuentes en mujeres de a partir de 35 años. En España se diagnostican unos 22.000 casos al año, siendo aún así de las cifras más bajas en Europa.

Casi la mitad de las trabajadoras que sufren un cáncer de mama no se reincorporan a su vida laboral anterior, en gran parte por culpa de la pérdida de calidad de vida que ocasionan los efectos secundarios al tratamiento. Un programa de rehabilitación basado en ejercicio físico puede ayudar al retorno a la vida laboral de estas mujeres.

Estudios científicos desde principios de los años 90 evidencian la eficacia del ejercicio físico en la mejora de la calidad de vida de pacientes y supervivientes de un cáncer, así como su importante papel en la promoción de la salud y en prevención de enfermedades crónicas. Sin embargo algunos médicos, aún hoy, prescriben reposo a los pacientes de cáncer.

Por ejemplo, el Consejo Americano del Ejercicio considera que las mujeres que han pasado un cáncer de mama deberían hacer ejercicio con regularidad para evitar que la enfermedad vuelva. Sus expertos defienden que la actividad física tiene muchos beneficios fisiológicos y psicológicos para las sobrevivientes de cáncer de mama.

Las bajas laborales que se producen como consecuencia de esta enfermedad son considerables. La primera baja inicial se produce en el 96% de las afectadas al ser diagnosticadas y en el 86% de los casos tiene una duración superior a los 3 meses. Un segundo período de baja ocurre en más del 50% de los casos tras la operación y los tratamientos.

En un estudio elaborado a petición de la Federación Española de Cáncer de Mama se analizó el impacto que el cáncer de mama tiene en las trabajadoras y su vida laboral:

  • Un 65% de mujeres trabajadoras afectadas admiten no poder retomar su trabajo en la forma en la que lo desempeñaban antes de padecer la enfermedad.
  • El 40% ven afectados sus ingresos laborales.
  • Casi el 50% de las trabajadoras en el sector privado no vuelve a trabajar tras diagnosticarse la enfermedad.  

Los efectos secundarios, entre los que destacan la fatiga y el linfedema secundario al cáncer de mama, y sus implicaciones laborales son dos aspectos muy relevantes a la hora de la rehabilitación. Según 4 Trebol, pioneros en rehabilitación de cáncer, un programa rehabilitador puede acelerar y en algunos casos propiciar el retorno a la vida laboral de estas mujeres.

Beneficios del ejercicio en pacientes con cáncer

El ejercicio físico produce efectos fisiológicos, por ejemplo ayuda a paliar niveles de fatiga y dolor, y también contribuye al bienestar psicosocial de estos pacientes/supervivientes, mejorando los síntomas de depresión, ansiedad y autoestima.

El ejercicio físico previene un deterioro en los pacientes de cáncer sin un aumento asociado de la fatiga y contribuye a una mejora de la capacidad funcional y de la calidad de vida, durante y después del tratamiento.

Para lograr un aumento de la calidad de vida de las personas en tratamiento por las enfermedades crónicas más comunes, se aconseja comenzar a hacer ejercicio tan pronto como sea posible, tras el diagnóstico y tratamiento.

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