Puente Virrey, varios tramos de Miguel Servet, Cesáreo Alierta, Fray Julián Garcés, Ramón y Cajal... Son solo algunas de las calles más cargadas de baches e imperfecciones en el firme y que más quejas suscitan entre los vecinos. Sobre todo después de la puesta en marcha de la discreta operación asfalto de este año, que apenas servirá para arreglar una calle por barrio.

Pero no solo ha perdido fuerza la operación asfalto. El dinero que dedica el Ayuntamiento de Zaragoza al mantenimiento, conservación y reparación de calzadas y aceras se ha recortado un 28% en los últimos seis años. Contando todas las partidas dedicadas a este tipo de reparaciones, el Consistorio ha presupuestado para este año 3.315.560 euros para conservar en buen estado calles y aceras. En 2008 fueron 4.623.000 euros, es decir 1,3 millones más que ahora.

Han caído todas las partidas. La de mantenimiento y conservación general de la vía pública ha bajado de 833.000 a 732.480 euros (un 12% menos); la de obras menores de vialidad, de 3 millones a 1,9 millones (un 33% menos) y la de la operación asfalto de 550.000 a poco más de 215.000 euros (ha bajado a la mitad). También se ha recortado el dinero que se destina a reparar barandillas (de 90.000 a 73.248 euros) y se ha suprimido una partida especial para arreglar aceras y zonas peatonales que sí existía en 2008 pero que ahora se ha eliminado.

El año pasado, 490 zaragozanos reclamaron una indemnización al Ayuntamiento por percances y caídas en la calle. Aunque aún no se sabe cuántos terminan cobrando (es un proceso largo), la cifra será muy similar a la de 2012, cuando hubo 516 reclamaciones y solo terminaron cobrando en torno a medio centenar de personas.

El Ayuntamiento reconoce que con la crisis se ha reducido el dinero que se dedica al arreglo de calles, pero mantiene que cada año un equipo técnico se encarga de detectar dónde están las principales carencias.