Tras el delicado retrato posimpresionista de 1912 de una odalisca, un óleo del siglo XVIII que muestra a los Reyes Católicos recibiendo en audiencia a Colón, la foto de un vertedero filipino en 2003 o una instalación artística sobre la valla de Melilla está el fantasma del colonialismo, de la dominación de otros países con el fin de ganar poder territorial, lucrarse económicamente y demostrar la superioridad moral del conquistador.

El MUSAC de León expone hasta el 6 de enero Colonia apócrifa. Imágenes de la colonialidad en España. El título de la gran muestra colectiva da en el clavo: se trata de hacer un recorrido (histórico, artístico, crítico, filosófico, espiritual...) por los complejos procesos de la colonialización española, que a menudo parece presentarse desde dentro como presunta, poco concreta y menos gravosa frente a otros colonialismos sonados como los de Francia o el Reino Unido.

En las más de 350 obras de 120 artistas de todas las épocas, el centro combina con criterio trabajos de maestros como Goya, el célebre pintor del siglo XIX Mariano Fortuny o la pintora surrealista Maruja Mallo con creaciones contemporáneas que hurgan en las secuelas del colonialismo, el modo en que se legitima la dominación, las relaciones de poder y sometimiento que permanecen tras la independencia de la excolonia...

Apostando por un recorrido temático y no cronológico, la muestra juega con el significado de las imágenes coloniales y reflexiona sobre cómo se construyen, difunden e interpretan. "La exposición se plantea como un espacio de pensamiento de los procesos y las prácticas culturales del imaginario colonial hispano sobre el espacio simbólico del territorio", declaran los organizadores.

Entre los 10 apartados creados para clasificar y entender el collage de obras hay lugar para analizar la corriente artística del orientalismo, los múltiples significados de la cartografía, la conquista como herramienta para crear una identidad nacional artificial, el papel de la evangelización en pro de la civilización, la utilización de ciencias como la antropología para apoyar un discurso de superioridad étnica...

La colección se extiende tanto en el tiempo como en el espacio físico que ocupa. El centro de arte moderno dedica 1.500 metros cuadrados a Colonia apócrifa y cuenta con la colaboración del Museo de León (que exhibe una de las secciones en las que se divide este viaje por la historia colonialista) y de la iglesia de San Marcos, donde se puede visitar la instalación Un Punto de control, del artista Rafael Martínez del Pozo.