En busca de la paz interior

La medicina tradicional China sostiene que todo desorden físico implica un desorden o falta de equilibrio en la circulación de la energía vital. El estrés, por ejemplo, produce bloqueos energéticos que repercuten a nivel físico en alguna dolencia específica.

La medicina china ofrece diferentes caminos para mejorar la calidad de vida y recobrar y preservar la salud, trabajando el equilibrio y la armonía. Acupuntura, digitopuntura, fitoterapia, e incluso el chi kung y el tai chi, son herramientas terapéuticas depuradas por  expertos durante miles de años de estudio, investigación y experimentación. Estas terapias ayudan a recuperar el equilibrio interno.

El individuo cuerpo-mente, un todo, es una constante en las disciplinas orientales. Se busca el movimiento y manejo de la energía para mejorar su canalización, a través de los meridianos del cuerpo, hacia los centros energéticos, los chacras, y conseguir flexibilidad, resistencia y un relajado estado de ánimo.

La respiración

En todas las disciplinas orientales -meditación, relajación, control mental, etc.- el arte de saber respirar es básico. Usamos solo un tercio de nuestra capacidad respiratoria. Los pulmones tienen tres lóbulos y la mayoría de las personas respiran solo por uno, el lóbulo medio.

En una respiración superficial y no profunda se inhala 1/2 litro de aire; en los pulmones llenos caben hasta 3,5 litros. Con la respiración completa conseguimos llevar más oxígeno al cuerpo y, por tanto, más energía a sus órganos. Si nos centramos en el cerebro, este aporte extra de oxígeno hace que las neuronas maximicen su función, agudizando la inteligencia y los sentidos y fortaleciendo todo el sistema nervioso en general.

Los actores conocen la importancia que tiene la respiración para entrar en diferentes estados emocionales. Respirar de una forma serena y profunda nos lleva a aquietar el espíritu y tonificar y relajar el cuerpo. La respiración agitada y tensa es síntoma de un estado de ánimo crispado. Si conseguimos controlar conscientemente la respiración será más fácil controlar nuestro estado emocional.

La respiración completa ventila el aparato respiratorio, lo purifica de residuos y aumenta la capacidad pulmonar, regula el ritmo cardíaco y mejora el sistema circulatorio, serena la mente y las emociones, aumenta la energía de los centros nerviosos, favorece el desarrollo de la conciencia y aumenta la resistencia a las fatigas física, mental y emocional.

La alimentación

Para lograr una vida saludable, a la práctica de cualquiera de estas disciplinas deberíamos añadir una buena dieta alimenticia. Una dieta equilibrada basada en la variedad de los alimentos debe integrar hidratos de carbono (pan y pasta, patatas, arroz, cereales, etc.), frutas y verduras (unas cinco piezas diarias), legumbres, pescado, frutos secos, productos frescos bajos en grasa y aceite de oliva en lugar de mantequilla. Reducir carnes rojas, dulces y patatas fritas. Respecto a los líquidos, el mejor para la rehidratación es agua. Sería el complemento ideal, junto al ejercicio físico, para la conservación o recuperación de una salud integral.

Disciplinas que sanan

Las prácticas de las disciplinas orientales para poner en forma nuestro cuerpo se diferencian de las occidentales en que trabajan el cuerpo  y el espíritu como una unidad. Una investigación del Instituto Benson-Henry del Hospital General de Massachusetts asegura que las llamadas técnicas cuerpo-mente pueden activar los genes vinculados con el sistema inmune.

El fitness, aerobic, spinning... que practicamos en los gimnasios occidentales suelen tener movimientos rápidos y trepidantes que endurecen y contraen el cuerpo, normalmente al ritmo de músicas estridentes. Las disciplinas orientales prefieren el silencio, la introspección y la concentración. El resultado es una mejora física que repercute innegablemente en el estado psíquico del individuo.

  • Yoga. Esta milenaria práctica se originó en la India. Es una disciplina física y mental que combina ejercicio, respiración y relajación. Produce un efecto físico y mental que estimula el organismo desde dentro y genera energía. Los ejercicios, o asanas, son posturas que hay que mantener combinadas con respiraciones profundas y completas. Cada asana va dirigida a estimular un órgano y el conjunto actúa sobre la totalidad de los sistemas del cuerpo. La clase suele durar hora y media y a cada asana corresponde un momento de relajación, así como al final de la sesión, lo que resulta muy placentero.
  • Tai Chi. Nació en China hace miles de años y está considerado un arte marcial. Es una práctica físico-espiritual muy provechosa para la salud que se define como técnica de meditación en movimiento. Consiste en movimientos muy lentos que, en ocasiones, representan la lucha contra un adversario imaginario. Se realizan en secuencias. Se suele hacer de forma grupal y sincronizada.
  • Chi Qung. Es un conjunto de técnicas relacionadas con la medicina china tradicional, con el objetivo de canalizar adecuadamente la energía vital (Qi) a través de los meridianos que recorren el cuerpo. Puede ser estático o en movimiento. En los dos casos, es importante que el cuerpo esté en una posición equilibrada y en contacto firme con el suelo.
  • Aikido. Arte marcial moderno procedente de Japón. Sus diferentes técnicas tienen como objetivo neutralizar al adversario sin causarle daño. Busca la perfección física y mental del ser humano y su filosofía es el pacifismo. La naturaleza de los movimientos favorece la flexibilidad de las articulaciones y tonifica los músculos, en constante tensión.
  • Judo. También japonés, el judo es uno de los cuatro estilos principales de lucha deportiva más practicados hoy en día en todo el mundo. La Unesco declaró el judo como el mejor deporte inicial formativo para niños y jóvenes de 4 a 21 años, ya que permite una educación física integral, potenciando, por medio del conocimiento de este deporte, todas sus posibilidades psicomotrices.
  • Capoeira. La capoeira es una mezcla brasileña de arte marcial y danza popular. Fue creada por esclavos africanos, con influencias indígenas, durante la época de la colonia portuguesa. Puede ser vista como una técnica de defensa personal, pero también es danza, lucha, juego, teatro y música. Sus rápidos y explosivos movimientos utilizan los brazos y las piernas para ejecutar maniobras de gran agilidad, en forma de patadas, giros y derribos. Ayuda a crear resistencia física, agilidad mental y concentración, en un ambiente de diversión, música y alegría. Está clasificada dentro de las disciplinas cardiovasculares, porque mejora la circulación y capacidad pulmonar, además de facilitar la canalización del estrés y la ansiedad.
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