Un auténtico ‘golpe de banco’

Firma del Acta de la Reserva Federal. En 1910, simulando un viaje de caza, un puñado de banqueros crearon, en secreto, el Sistema de la Reserva Federal de EE UU, el único banco central del mundo en manos privadas.
Firma del Acta de la Reserva Federal. En 1910, simulando un viaje de caza, un puñado de banqueros crearon, en secreto, el Sistema de la Reserva Federal de EE UU, el único banco central del mundo en manos privadas.
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Firma del Acta de la Reserva Federal. En 1910, simulando un viaje de caza, un puñado de banqueros crearon, en secreto, el Sistema de la Reserva Federal de EE UU, el único banco central del mundo en manos privadas.

Un frío día de noviembre de 1910, una decena de elegantes y notoriamente adinerados personajes se registraron, algunos con nombre falso, en el Club Social de Jekyll Island (Georgia, EE UU); club en el que, según reconocía The New York Times unos años más tarde (1931), estaba representada "una sexta parte de la riqueza total del mundo".

El objeto formal de esta pandilla era un viaje de caza. El real, mantenido en secreto durante decenas de años, era crear un poderoso banco central en Estados Unidos de América, algo a lo que la ciudadanía y el Congreso, desde su creación, se habían opuesto. Este era el tercer intento en poco más de 100 años. El movimiento secreto para crear el monstruo financiero que ahora se conoce como Sistema de la Reserva Federal (o FED) se consumó el 22 de noviembre de 1910.

La ‘partida de caza’ estaba formada fundamentalmente por banqueros, representantes de las principales casas del mundo, y algún político. El cerebro de la operación era Paul Warburg, judío alemán, socio de un gran banco (Kuhn, Loeb & Co). Además de responsable técnico de la propuesta, era el ‘enviado’ del Banco Central alemán y de las dos principales dinastías bancarias de Europa, los Rothschild y los Warburg.

Otros destacados miembros de este colectivo eran Frank Vanderlip, presidente del National City Bank de Nueva York (propiedad de los Rockefeller); Henry P. Davison, socio y emisario de JP Morgan; Charles D. Norton, presidente del Morgan First National Bank de Nueva York; y Benjamin Strong, jefe de JP Morgan Bankers Trust Co y leal lugarteniente de John Pierpoint Morgan.

La política estaba representada por Nelson W. Aldrich, el jefe de la mayoría republicana en el Senado y presidente de varias comisiones (incluida la de Hacienda) y de la Comisión Monetaria Nacional. Aldrich era un político sinuoso y corrupto, socio de John P. Morgan y consuegro de John D. Rockefeller. Su papel era presentar esta propuesta al Congreso y lograr que se aprobara.

Lo que deseaban los banqueros era, de una vez, la creación de un banco central con el poder de acuñar moneda y regular su valor. Y que el control de ese banco central no lo tuviera el Congreso, sino ellos, sus propietarios. Y lo consiguieron. Gracias a la habilidad de Warburg, la ley que presentó y defendió el senador Aldrich en el Congreso y que, tres años después, firmó el presidente Woodrow Wilson (Acta de la Reserva Federal, 23 de diciembre de 1913), creaba un ‘banco central’ de EE UU de América que no era público sino privado; no era siquiera una institución gubernamental.

Aun llamándose ‘de la Reserva Federal’, no mantenía ninguna reserva por ley. Sus dueños (los poseedores de sus acciones) eran otros bancos, pertenecientes a las ‘familias’ más poderosas de las finanzas occidentales: Rothschild, Rockefeller, Morgan, Lazard, Warburg, Khun, Goldman, Sachs... Ni siquiera eran (son) todos estadounidenses: los Rothschild son, sobre todo, ingleses, alemanes y franceses; los Lazard, franceses; Israel Moses Seif, italianos; los Kuhn, Loeb y Warburg, alemanes y suecos. Solo los Lehman, Goldman, Sachs y Rockefeller eran de Nueva York.

Aun siendo un banco privado, la FED no paga ningún impuesto, ni federal ni estatal. Su gestión es independiente del Gobierno o el Congreso, nadie puede cuestionar ni influir en su política monetaria. Emite dólares sin ningún control oficial. En resumen, no trabaja en interés del pueblo estadounidense, pues, a lo largo de los años, este ha llegado a endeudarse con ellos por una cantidad que hoy supera los 17,5 billones de dólares (trillones, en términos estadounidenses).

Ni el Gobierno federal de EE UU ni ningún Gobierno estatal o municipal pueden tener acciones de la FED. Acciones que, además, no se pueden negociar en Bolsa alguna y solo se transmiten por sucesión y entre los bancos originales o sus sucesores. Es un monopolio garantizado, formado técnicamente por 12 bancos regionales liderados por el Banco de la Reserva Federal de New York. Y de los que muy poca gente conoce la composición de sus consejos de administración... Y son quienes dictan la política económica de Occidente.

El hombre más rico del mundo

En 1910, simulando un viaje de caza, un puñado de banqueros crearon, en secreto, el Sistema de la Reserva Federal de EE UU, el único banco central del mundo en manos privadas.

John D. Rockefeller (1839-1937) fue un magnate estadounidense que dominó la industria del petróleo a través de la Standard Oil, una compañía monopolística que el Gobierno de EE UU obligó a segregar, en 1911, en siete compañías diferentes. Fue el primer americano en acumular más de mil millones de dólares.

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