La España que reinará Felipe VI: Más vieja, diversa y con las pensiones en el punto de mira

  • España, durante los 39 años de reinado de Juan Carlos I, ha pasado de ser un país de apenas 35 millones de habitantes a uno de más de 46,7 millones.
  • En este periodo, la llegada de más de millones de extranjeros y el estancamiento de la natalidad han cambiado la sociedad española.
  • La fuga de cerebros y de foráneos, sumado al rápido envejecimiento de la población, amenazan la sostenibilidad de los sistemas públicos de protección.
  • A FONDO: La proclamación de Felipe VI.
Varios integrantes de un centro de jubilados de Valencia jugando a las cartas y apostando céntimos.
Varios integrantes de un centro de jubilados de Valencia jugando a las cartas y apostando céntimos.
Eva Máñez
Varios integrantes de un centro de jubilados de Valencia jugando a las cartas y apostando céntimos.

Poco tienen en común la España en la que Juan Carlos de Borbón accedió al trono con la que le lega a su hijo Felipe. Entre 1975 y 2014 innumerables cambios y procesos sociales han dado como resultado un país muy distinto tanto en lo cualitativo como en lo cuantitativo. Uno de los saltos más evidentes se ha producido respecto al número de habitantes. Si a finales de 1975 estaban censados unos 35,4 millones de españoles, actualmente la población supera los 46,7 millones, y eso pese a los dos últimos años de descensos poblacionales.

La era democrática dio paso a un estancamiento de las cifras de natalidad en España, después de más de dos décadas del conocido como baby boom. Este mínimo crecimiento de la población se mantuvo durante al menos 15 años, y no fue roto por un aumento destacable en el número de nacimientos. En su lugar, el número de habitantes registró un fuerte incremento (hasta los casi 47 millones actuales) gracias a la llegada de millones de inmigrantes. Un proceso migratorio que rejuveneció la fuerza de trabajo española y desencadenó cambios profundos en las costumbres y hábitos de la población.

En el año 2000 había menos de un millón de foráneos inscritos en el Padrón. Para finales de 2010, sin embargo, esta cifra ya superaba los 5,7 millones. La crisis, sin embargo, ha dado un vuelco a esta tendencia. Solo en 2013, más de medio millón de los extranjeros que establecieron su residencia en España han dejado el país, según datos del INE. Y es que el paro ha afectado especialmente a este colectivo: Al cierre de 2007 había 1.981.106 extranjeros dados de alta en la Seguridad Social, una cifra que se ha reducido a unos 1.525.702 personas, un 23% menos, a diciembre de 2013.

Esta destrucción de empleo entre los extranjeros, unida a las malas perspectivas de recuperación económica, han empujado a cientos de miles de ellos a regresar a sus países de origen o a emigrar a un tercero. ¿Cuántos foráneos se han ido? En 2012 se fueron al menos 190.020 personas no nacidas en España, trece veces más emigrantes que solo un año antes, tal como muestran las cifras del Padrón Municipal.

Los jóvenes también se van

Los extranjeros no son el único colectivo golpeado especialmente por la crisis. También lo son los jóvenes, que registran las tasas de desempleo juvenil más altas de Europa junto a Grecia. En este contexto, cada vez más han optado por hacer las maletas y buscar su futuro en otro país. Entre 2009 y 2013, más de 218.000 personas de entre 15 y 29 años abandonaron el país, la mayor parte a Reino Unido y Alemania, según el Instituto de la Juventud.

Pese a que el propio ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha quitado importancia en repetidas ocasiones a la fuga de cerebros que sufre España, tanto los propios afectados como países receptores como Alemania se han mostrado preocupados por este fenómeno. Y es que todos son conscientes del impacto de la marcha de científicos, investigadores y profesionales de alto nivel, en la medida que son necesarios para garantizar el potencial de crecimiento de la economía española.

En total, desde el inicio de la crisis más de 700.000 españoles han tenido que emigrar para ganarse la vida en países como Francia y Alemania, según un estudio de la Fundación Alternativas firmado por la investigadora del CSIC Amparo González-Ferrer, que concluye además que las cifras oficiales no son capaces de mostrar los verdaderos movimientos migratorios que se están produciendo. Como muestra un botón: España contabiliza a 20.998 españoles viviendo en Reino Unido; sin embargo, para éste país la cifra es cinco veces mayor: 112.980 inmigrantes españoles.

Una población envejecida

¿Qué consecuencias tiene la marcha de jóvenes y extranjeros? Además de las evidentes reducciones de la población, la fuerza productiva y el consumo, se dibuja para España una estructura social más envejecida. Un 22,7% de la población española tiene actualmente más de 60 años y solo el 16% tiene menos de 16 años. La edad media en España es de 42,2 años, lo que sitúa al país en el puesto 23 de entre los de más edad (sobre un total de 193); la ONU prevé que este ascienda al puesto número 8 para el año 2050.

Este incremento en el porcentaje de mayores tiene su representación gráfica en las llamadas pirámides de población. Son gráficos que distribuyen los diferentes grupos de edad de un territorio en función de su edad. Así, y tal como muestran los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la pirámide ha variado sustancialmente desde 1975 hasta nuestros días:

Pirámide de población de España en 1975 (Fuente: INE).

Frente a una pirámide en 1975 con forma de tal (con la base más amplia, ver imagen superior), la pirámide actual muestra una forma más bien de rombo, debido a la caída de la natalidad y el envejecimiento de la generación del baby boom, la más numerosa de España. Es decir, que no se está garantizando el relevo generacional, lo que plantea serios desafíos de futuro, en la medida que menos personas tendrán que soportar un sistema público de protección (las pensiones) con cada vez más ciudadanos y cada vez más longevos.

Pirámide de población de España en 2013 (Fuente: INE).

España es el segundo país de la Unión Europea con una esperanza de vida más alta, y a nivel mundial ocupa el cuarto lugar, por detrás de Japón, Suiza e Italia. Desde el año 1970 los años de vida de un español medio se han incrementado en una década, y la previsión es que, pese a los recortes en Sanidad y ayudas a la Dependencia, seguirán ascendiendo.

Ante este panorama, los analistas de BBVA estiman que los más de 9 millones de pensionistas registrados en la actualidad se convertirán en más de 15 millones para 2050, lo que supondrá un gasto mucho mayor para las arcas públicas, que estarán soportadas por un número inferior de trabajadores afiliados. Y es que el INE estima que a partir de 2018 habrá más defunciones que nacimientos, y que se perderá un 10% de la población en los próximos 40 años. Estas proyecciones y otras aventuran un déficir estructural de la Seguridad Social, lo que ha llevado al Gobierno a promover una reforma del sistema de pensiones que introduce un factor de revalorización, que variará en función del número de prestatarios, el crecimiento y los ingresos públicos.

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