El portavoz del BNG de Santiago, Rubén Cela, ha tildado de "patética" la imagen del pleno extraordinario que ha tenido lugar este miércoles en la capital gallega, con únicamente cuatro de los 13 miembros del gobierno local, y ha concluido que ha sido así porque "patética y terrible es la situación del PP en Santiago".

Asimismo, y en rueda de prensa después del pleno en que se certificó la renuncia de ocho de los nueve concejales que serán sustituidos próximamente, incluyendo el relevo del alcalde que pasará a manos de Agustín Hernández; Rubén Cela ha vuelto a insistir en que, con los nombramientos —de siete concejales no electos—, el gobierno que saldrá de la recomposición hecha por Hernández es un "fraude democrático".

El político nacionalista, que ha manifestado que "una imagen vale más que mil palabras", ha evidenciado las "bancadas vacías" de la sesión plenaria extraordinaria de este miércoles, y ha considerado que Santiago "inicia un camino terrible" con "la mayoría de sus miembros no electos, sin pasar por el sufragio democrático".

Para Cela, es un "tristísimo final" de tres años "terribles" en los que se consumará también el tercer alcalde. "No será una nueva etapa, sino un punto y seguido".

El portavoz del Bloque en el Ayuntamiento ha advertido de la "responsabilidad colectiva" de todo el PP, en cuya dirección gallega —ha recordado— Agustín Hernández es el vicesecretario. "Colectivamente y sistemáticamente miraron para otro lado", ha señalado para criticar que "mirasen para otro lado" e "hiciesen oídos sordos" a lo que demandaba la ciudadanía.

"privaron" a los ciudadanos de votar

De hecho, ha acusado a los populares de haber "privado" a los vecinos de decidir ""el futuro" del Ayuntamiento con una votación en las urnas, porque de ellas, "fuese del color que fuese", habría salido un "gobierno fuerte y legitimado".

El portavoz del Bloque en Santiago considera un "esperpento y un insulto a la democracia" la situación, la cual supondrá, ha censurado, un nuevo cambio de competencias entre los concejales, con la consecuente "confusión" para los vecinos.