El testigo, Javier Lavandera, trabajaba en el año 2001 como como portero y adiestrador de serpientes en el club el Horóscopo de Avilés, cuando conoció a Antonio Toro e iniciaron una "relación de amistad."
El testigo ha acudido en calidad de testigo protegido, pero su identidad, conocida por toda la sala, quedó desvelada cuando el abogado de Trashorras se dirigió a él como "señor Lavandera". El juez Gómez Bermúdez le ha recordado que se trataba de un testigo protegido, aunque ya se conocía su identidad.
Negocio de explosivos
En verano de ese año, Antonio Toro le ofreció trabajar con él en un asunto de explosivos: "En aquella época tenía muy bajo nivel económico. Me dijo que podía ganar mucho dinero con los explosivos (...) Yo me lo tomé a broma hasta que vi los explosivos."
El testigo ha relatado como Toro en el verano de 2001 le mostró los explosivos en el cofre de un Citröen Xsara. "Ponía Goma 2 Eco, estaban sueltos, pero atados con una cinta de embalar."
"Se lo iba ofreciendo a todo el mundo (...) en Aviles todo el mundo lo sabía", ha declarado el testigo
Lavandera ha asegurado que acudió a la Policía Nacional. "No me tomaron en serio. Empezaron a reírse, a decirme que sería un minero con cuatro cartuchos, y que no me preocupara. Me dijeron que si quería firmar algo, y yo les dije que no, porque tenía miedo de que me pasara algo."
Al final de 2001, Antonio Toro fue detenido por la operación Pipol, y Lavandera acudió a la Guardia Civil para denunciar de nuevo la posesión de explosivos.
Trashorras menciona a ETA
El testigo ha asegurado como Trashorras "fardaba" de su relación con ETA. "Me ofreció ser correo para ir al País Vasco con explosivos. Me dijo que tenía contactos con ETA y que yo podía ganar mucho dinero."
En una de esas ocasiones, Lavandera ha narrado como Trashorras le preguntó si conocía a alguien que supiera montar bombas usando teléfonos móviles, ya que ETA estaba muy interesada.
"Con todo esto no estoy diciendo que ETA este detrás de los atentados", ha matizado en varias ocasiones el testigo.
En varias ocasiones el testigo ha afirmado que el que realmente mandaba de los dos era Antonio Toro, y no Emilio Suárez Trashorras. "Antonio Toro el cabeza. Trashorras si hacía algo era por orden de Toro", ha asegurado el testigo.
Amenazas para no mencionar a ETA
"Me mandaron fotos de mi mujer abierta en canal, como si estuviera en una carnicería (...) Luego pusieron una bomba contra mí (...) y luego me pegaron cuatro tiros (...) han dicho que todo esto me lo he inventado", ha asegurado el testigo.
En el turno de la acusación particular que representa a Pilar Manjón, el testigo ha asegurado que no puede saber si era realmente la Policía Nacional o algún grupo delictivo en venganza por su colaboración con los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. "En mi situación se llega a sospechar de todo el mundo", ha reiterado el testigo.
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