Pedófilos españoles en Internet: de consumidores a productores

  • El acceso extendido a Internet, los móviles y las redes sociales propician el salto del consumo y la distribución de pornografía infantil a la producción.
  • El año pasado los casos de posesión y distribución de contenido pedófilo descendieron, pero aumentaron los de corrupción de menores, según Interior.
  • Policía y Guardia Civil explican cómo sacando de la sombra a los que distribuyen material pedófilo dan con los que producen vídeos sexuales con menores.
  • 125 policías buscan al pederasta que secuestró a una niña en Ciudad Lineal.
Un agente de la Guardia Civil, revisando los archivos descubiertos en una operación contra la pornografía infantil en Internet.
Un agente de la Guardia Civil, revisando los archivos descubiertos en una operación contra la pornografía infantil en Internet.
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Un agente de la Guardia Civil, revisando los archivos descubiertos en una operación contra la pornografía infantil en Internet.

El policía Julián Francisco Millán ha detenido en los últimos cuatro años a unos 200 pedófilos españoles. Todos, menos uno, habían dado el paso a intentar producir algún tipo de material propio de pornografía infantil. De ahí que este investigador perteneciente al Grupo I de protección al menor de la UIT (Unidad de Investigación Tecnológica) se muestre convencido de que se adelgaza la fina línea que separa al pedófilo, consumidor de contenidos audiovisuales de sexo con menores, del pederasta, que incita o abusa sexualmente de ellos.

Sentado en su oficina y con uniforme pero de informático (vaqueros, camiseta gris, sin arma a la vista), el agente Millán describe la evolución de los pedófilos constatada en su dilatado historial de arrestos. "Empiezan entrando en webs de relatos porno infantil, totalmente legales en España. Después buscan fotos de niñas y adolescentes en posados sexualmente explícitos, que comparten por correo electrónico, chat o a través de almacenamientos en la nube. El siguiente paso será robar fotos al descuido en parques, playas o vestuarios. Y de ahí a buscar vídeos de niñas siendo penetradas. Es progresivo, buscan experiencias nuevas para su excitación. Lo siguiente será intentar que alguna chica les mande fotos desnudas a través de las redes sociales o la autoproducción de vídeos caseros que acaban en la red".

El conocimiento de causa del agente es el que otorga almacenar en la retina millones de imágenes —algunas tan crudas como indescriptibles— de abusos perpetrados a niñas y niños. Su especialidad es la identificación de víctimas en grabaciones difundidas por Internet, aunque su obsesión es neutralizar a "los malos", los que terminan dando el salto al abuso y suponen un peligro "real y físico" para los menores dentro de las fronteras españolas.

Autoproducción y coacción en redes sociales

Un ordenador con pantalla gigante ocupa el espacio central de la mesa de trabajo del investigador Millán. A la derecha se apilan —en carpetas de colores con nombres como 'cupcake' o 'dama'— las 16 investigaciones en marcha. A la izquierda, el lector de discos duros externo, su verdadera arma, alberga uno pendiente de rastrear. El visionado, esa horrible tarea, exige "primero ser persona, luego policía y después informático", explica. Por cruda que sea la imagen, él nunca cierra los ojos. Cada detalle importa si de lo que se trata es de encontrar a la víctima de las imágenes. "Un ruido del vídeo, el escudo de un uniforme escolar sobre una silla, cualquier pista es crucial en la investigación". Cuando se satura, que ocurre, para y se toma un respiro de tanta crueldad descarnada. Pero volverá a apretar el Enter. "Es como el bombero que va a un fuego. Va y lo apaga aunque tenga miedo", dice.

Internet, las tabletas, los móviles con cámara y las redes sociales están propiciando un auge de la producción casera de pornografía infantil, un hecho que también detecta el comandante jefe del grupo de delitos telemáticos de de la Guardia Civil, Óscar de la Cruz. "Cada vez es más fácil tener acceso a contenidos audiovisuales en los que aparecen menores. La excitación sexual en la red ya no les vale, buscan algo más y dan el salto".

El número de denuncias por posesión y distribución de pornografía infantil fue de 508 el año pasado, un 11% menos que en 2012 (569) y un 29% menos que en 2011 (715). Sin embargo, los delitos por corrupción de menores —incitarlos a mantener relaciones sexuales— no han dejado de subir: 253 casos en 2011, 278 en 2012 y 320 en 2013. Un aumento del 26% en dos años.

Policía y Guardia Civil coinciden en que en España no se puede hablar de existencia de mafias de producción profesional de pornografía infantil. Las redes organizadas que desbaratan son de pedófilos que comparten archivos grabados y alojados en el extranjero. En países con legislación desde laxa a inexistente contra la pedofilia, en zonas como el Este de Europa, Latinoamérica o Asia. Dentro de España, lo que se detecta es la autoproducción, que se concreta en la grabación casera de los abusos a menores del entorno y en los, cada vez más habituales, intentos de coacción a chicos y chicas en redes sociales (como Tuenti o Facebook) para conseguir fotos y vídeos de contenido sexual o entablar relaciones para futuros contactos. Algún detenido reciente había llegado a acechar a más de 500 menores antes de ser descubierto. Utilizan tácticas como el falso perfil, para ocultar su verdadera edad, o les engatusan ofreciendo entre 50 y 200 euros por desnudo, dependiendo de lo explícito de las imágenes. Lo denominan 'salir de caza'.

Chivatazos o denuncias de las víctimas

"Al pedófilo que abusa se llega bien por la denuncia de la víctima o por un chivatazo tras ser descubierto intercambiando contenido pedófilo", explica el comandante De la Cruz. "Lo pillas porque está distribuyendo (material sexual con menores), pero cuando analizas su ordenador descubres que tiene vídeos guardados de producción propia y normalmente con menores de su entorno familiar, del colegio donde trabaja o del club deportivo al que pertenece". El último caso es de hace menos de un mes. Fueron al domicilio de un hombre alertados de que compartía archivos de vídeo de menores a través de un chat y al analizar su disco duro descubrieron que había grabado a su primo, un menor de edad.

El agente Millán tuvo que sentarse frente a un terabyte de archivos (500 millones de imágenes) para dar con las grabaciones de un detenido a su sobrina pequeña. "Los pedófilos suelen tener un síndrome de diógenes digital, y lo guardan todo. Este lo tenía bastante organizado, las etiquetas de los archivos se correspondían con los vídeos. Y mucho material ya lo teníamos identificado, lo que te permite a los tres segundos poder pasar al siguiente". Aun así, le llevó horas y horas dar con las grabaciones de los abusos a su sobrina, a la que había ido entrenando y a la que previamente dormía. "Esos los tenía bien escondidos", recuerda Millán.

El perfil del pedófilo español en Internet solo está definido en cuanto al género, masculino. En nada más. Policía y Guardia Civil han detenido a imputados de todas las edades, desde adolescentes, que tras incautarles archivos pedófilos se descubrió que abusaron de los bebés a los que cuidaban sus madres, hasta mayores de 70 años. Tampoco importa la clase social, los hay parados, cirujanos, diplomáticos o diseñadores de moda.

Una mínima parte tiene asociados problemas mentales que les convierten en inimputables, "pero la mayoría sabe lo que está haciendo y por eso se esconden", explican los especialistas de los cuerpos armados. Cuando los agentes acuden a detenerles, la mayoría muestra sentimiento de culpa. Les suelen recibir con frases disculpatorias como 'sabía que antes o después vendríais' o 'ayer mismo tenía pensado borrarlo todo'. "Y aunque sorprenda, casi siempre nos dan las claves de sus ordenadores a la primera, sin que tengamos que insistir o romper su contraseña", reconocen los investigadores.

La posesión de pornografía infantil en España está penada con hasta dos años de prisión, la distribución acarrea penas de hasta nueve años. La producción de pornografía se castiga con más de nueve años de cárcel. La próxima reforma del código penal prevé también penalizar el acceso a vídeos pedófilos en Internet, hayan sido o no descargados.

Lo siguiente: una operación contra 65 pedófilos

Las fuerzas de seguridad españolas dicen disponer de tecnología suficientemente puntera para su tarea. Pero siguen teniendo las manos atadas en la investigación de contenidos alojados fuera de España, que son la gran mayoría de archivos de pornografía infantil y en la 'dark net', al no tener España, a diferencia de otros países, autorizada la figura del agente encubierto. Un asunto este polémico. Quienes defienden su utilidad alegan que la comunidad de pedófilos intercambia archivos con la moneda de cambio de otros archivos más que con el euro. Los que se oponen no son partidarios de combatir el fuego con el fuego.

La primera carpeta de la pila de casos pendientes de resolver por el policía Millán, amarilla, guarda las identidades de varios pedófilos españoles cazados por investigadores de EE UU intercambiando grandes volúmenes de pornografía infantil en la Red. El grupo de delitos telemáticos de la Guardia Civil acaba de recibir un chivatazo similar con 65 pedófilos españoles implicados. Toca empezar a tirar del hilo. Descubrir quiénes son, si se conocen, si están organizados, ir a la calle, vigilarles, y a ser posible, detenerles "con las manos en el teclado", que las pruebas de su delito se borran apretando un botón.

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